La Presidencia de la Junta pende de un hilo
Parece que nada queda del todo claro tras los resultados electorales y posterior resaca de las votaciones celebradas el pasado domingo 22 de marzo en la Comunidad Autónoma. Todavía está en el aire: ¿si quién presidirá la Junta de Andalucía finalmente será la Sra. Susana Diaz? y por tanto ¿quiénes gobernaran o nos regirán en la Autonomía?. Aunque en principio era muy probable que el Partido Popular (PP) se abstuviera en la sesión de investidura y posterior toma de posesión al cargo de Presidenta de la Junta, por parte de la candidata electa del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Tal y como anunció el PP con anterioridad y durante el trascurso de la campaña electoral de dejar gobernar a la lista más votada, y así permitir volver al PSOE a la Presidencia. Si bien, el día de después de las elecciones el PP reculaba y decía que no daría su apoyo con la abstención al PSOE, sí a cambio el PSOE no se comprometía y hacia lo propio al dejar a la lista más votada en las elecciones municipales del 24 de mayo gobernar en los municipios. Aunque, todo apunta a que más tarde que temprano los populares facilitaran a los socialistas las llaves de la Junta de Andalucía. El PP sólo se está haciendo de rogar y acabará por abstenerse en el Pleno de investidura, concediendo y proporcionando así la Presidencia a Susana Díaz y otorgando así la gobernabilidad en minoría al PSOE en Andalucía. Luego nos quedan Podemos y Ciudadanos para lograr dicho respaldo en el nombramiento a Presidenta de Susana Díaz, ambos también plantean condiciones para iniciar contactos y el dialogo con el PSOE, entre las pretensiones una de ellas es que los anteriores ex-presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñan deben abandonar sus respectivos escaños en el Congreso de los Diputados y el Senado, y así dejar de ser aforados de cara a la macrocausa judicial de los ERE´s. Podemos además exigiría recortes salariales de los altos cargos de la Junta, no colaborar con entidades financieras que desahucian y la readmisión del personal despedido en educación, sanidad y dependencia. E Izquierda Unida podrá ser clave para la elegibilidad de la Presidenta en función al sentido del voto de C´s, aunque la coalición de izquierdas se ha apresurado en rechazar el acuerdo pues acaba de salir escaldada de un pacto con el PSOE, roto por Susana Díaz, en función a estrategias personalistas que derivan en base a una falta de confianza, credibilidad y a criterios políticos irreconciliables por parte de IU. Además, no están muy por la labor IU con unas elecciones municipales tan próximas, después del reciente castigo electoral sufrido en parte a consecuencia al gobierno PSOE-IU de la pasada legislatura, y a la escasez de compromisos pactados y cumplidos por el PSOE.
La incertidumbre se cierne respecto a si la candidata por el PSOE Susana Díaz podrá repetir como Presidenta en caso de fallar lo previsible y esperada aritmética yuxtapuesta con el PP, Podemos o Ciudadanos, con sus abstenciones. Ello se debe a que aun a pesar de no lograr la mayoría absoluta o minoría simple el PSOE es el partido más votado por los andaluces y andaluzas en los comicios del 22-M. Lo cual conllevaría explicito y aparejado continuar ocupando la sede de la Presidencia, el palacio de San Telmo, sin necesidad de asociación alguna con otras formaciones políticas poco proclives a pactos y alianzas con el PSOE. Todo dependerá a lo complicado que se torne o no el sentido del voto de los grupos políticos en el Pleno de investidura, sino se alcanzan acuerdos o arreglos que propicien o cuenten con suficiente respaldo en número de escaños para afianzar en el poder y de esta manera el propósito de obtener la Presidencia. Hasta aquí la hipótesis parte y entra dentro de lo políticamente razonable.
Subsiste una difícil situación de equilibrio y fuerzas que aviene al complejo arco parlamentario andaluz, con multitud y divergencia de formaciones políticas presentes en esta nueva legislatura. En consonancia es tal que hasta cinco partidos han logrado representación en la Cámara autonómica, se trata de: PSOE (47 escaños), PP (33), Podemos (15), Ciudadanos (9) e Izquierda Unida (5),[1]. Una diversidad de grupos parlamentarios que nos retrotraen a 1982, fecha de las primeras elecciones autonómicas y única vez que el Parlamento de Andalucía contó con cinco grupos políticos en el hemiciclo. Rompiendo así la coyuntura del bipartidismo y hegemonía socialista imperante desde hacía más de tres décadas en Andalucía, y asimismo con la pasada configuración de la anterior legislatura con sus tres únicos partidos partícipes: PP(50), PSOE(47) e IU(12).
A todo lo cual se añade que la acción u omisión de los partidos a la hora de plantear su voto en el sentido positivo, negativo o abstención en la toma de posesión de la quizás futura Presidenta por parte de dichos grupos políticos propiciará el nombramiento o no de Susana Díaz con mayor o menor facilidad y agilidad en el trámite de investidura.
Subsiste una difícil situación de equilibrio y fuerzas que aviene al complejo arco parlamentario andaluz, con multitud y divergencia de formaciones políticas presentes en esta nueva legislatura. En consonancia es tal que hasta cinco partidos han logrado representación en la Cámara autonómica, se trata de: PSOE (47 escaños), PP (33), Podemos (15), Ciudadanos (9) e Izquierda Unida (5),[1]. Una diversidad de grupos parlamentarios que nos retrotraen a 1982, fecha de las primeras elecciones autonómicas y única vez que el Parlamento de Andalucía contó con cinco grupos políticos en el hemiciclo. Rompiendo así la coyuntura del bipartidismo y hegemonía socialista imperante desde hacía más de tres décadas en Andalucía, y asimismo con la pasada configuración de la anterior legislatura con sus tres únicos partidos partícipes: PP(50), PSOE(47) e IU(12).
A todo lo cual se añade que la acción u omisión de los partidos a la hora de plantear su voto en el sentido positivo, negativo o abstención en la toma de posesión de la quizás futura Presidenta por parte de dichos grupos políticos propiciará el nombramiento o no de Susana Díaz con mayor o menor facilidad y agilidad en el trámite de investidura.
Sin embargo, el PSOE no las tiene todas consigo. Al no lograr la mayoría suficiente de diputadas y diputados la Sra. Díaz necesita hilvanar y llegar a una serie de acuerdos factibles con los distintos grupos parlamentarios para que le otorguen la confianza, ya sea para lograr una amplia confirmación activa con el voto afirmativo hacia su persona o con la abstención en la votación por parte de alguno o resto de actores políticos que le permita igualmente cierta cobertura para la meta presidencial.
En el supuesto que el PSOE opte por lograr un pacto que propicie amplio apoyo y la mayoría absoluta, éste necesitará el voto decisivo del Partido Popular, Podemos o Ciudadanos, indistintamente con cualquiera de los tres llegaría a la mayoría necesaria con el voto a favor, ya que con Izquierda Unida no alcanza los 55 escaños indispensables (52 de un total de 109 asientos parlamentarios) para ser investida en primera ronda por el Pleno de la Cámara. Ante lo cual cabe la posibilidad en lograr ser nombrada Susana Díaz como Presidenta con mayoría simple en la segunda ronda de votaciones, lo cual consistiría en obtener a su propuesta más votos positivos que negativos o de rechazo en la investidura. Y ante ello ya entran una serie de cábalas y casuísticas como en el caso de si el PP se abstiene, y por la otra parte Podemos, IU y C´s votan en contra de la toma de posesión del PSOE a la Presidencia, luego entonces es Presidenta Susana Díaz gracias a la inhibición y favor del PP. Otra posibilidad es que Podemos se abstenga y el resto de grupos voten en contra, y por consiguiente es Presidenta la candidata socialista por voluntad implícita en la formación Podemos. Y la tercera opción y con más visos de ser, es el voto a favor de Ciudadanos, ya que con la abstención de Ciudadanos, necesitaría que además también IU se abstuviera o votase a favor del PSOE (algo del todo improbable a la luz de los acontecimientos y que no contempla IU), siempre y cuando PP y Podemos voten unidos en contra.
El inconveniente surge y de ahí el atolladero entorno al proceder en cuestión si todos los partidos en liza (PP, Podemos, Ciudadanos e IU) se unen y votan en contra de la propuesta socialista, y no presentan un candidato alternativo a la misma. Se trata si Susana Díaz no obtiene ni la mayoría absoluta y tampoco alcanza la mayoría simple, a lo cual el artículo 118.3 del Estatuto de Andalucía[2] dispone y prevé: Para su elección, el candidato o candidata deberá en primera votación obtener mayoría absoluta. De no obtenerla,
se procederá a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si
obtuviera mayoría simple en la segunda o sucesivas votaciones. Caso de no conseguirse dicha mayoría se tramitarán
sucesivas propuestas en la forma prevista anteriormente. Si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera
votación, ninguna candidatura hubiera obtenido la mayoría simple, el parlamento quedará automáticamente disuelto y el Presidente en funciones convocará nuevas elecciones.
Ocurre que el gran problema que tiene el PSOE andaluz es que van de sobrados y peca de soberbia y chulería en todo momento. Los socialistas creen que es él quien ha ganado las elecciones pese a perder 118.881 votos, y al ser el partido más votado considera tener la sartén por el mango, por tanto el resto de partidos deben caer rendidos a los pies del PSOE y ceder. O gobierna el PSOE o no hay gobierno, se apresuró en enfatizar y dejar claro Susana Díaz, y es por ello que pronto se apresuraron en remarcar que la gobernabilidad no depende del PSOE sino que es por la falta de voluntad de los demás a la hora de negociar la investidura, que los otros partidos deben dejar de lado sus principios y pautas políticas, y entregar la Junta al PSOE, así por la «cara bonita». El PSOE piensa que si se baraja un nuevo escenario de elecciones autonómicas para septiembre tras los dos meses de rigor, éstos saldrían aún más reforzados por las urnas y fácilmente llegarían a la mayoría absoluta. La estrategia ahora del PSOE no es otra que tratar de ofrecerse a la opinión publica como una víctima por la negativa del resto de partido políticos en blindarle el apoyo que necesita Susana Díaz para ser investida Presidenta de la Junta. El PSOE azuza con una nueva convocatoria electoral si no hay acuerdo, clama a la responsabilidad de los demás grupos políticos y los tacha por tanto de irresponsables al no garantizar al PSOE los votos para la investidura y en cuanto tal argumento puede valer entonces para la aprobación de los futuros presupuestos autonómicos del año 2016, 2017, 2018 y 2019, apelando una vez más a la responsabilidad de los otros y al impedir la gobernabilidad en la Junta. Todo parece que la Presidencia puede quedar pendiente a la formación de los pactos a los que se lleguen tras las elecciones municipales del 24 de Mayo, donde entran los pueblos, ciudades, capitales de provincia y diputaciones, y de ahí que el gobierno de los ayuntamiento andaluces pueda también jugar un papel decisivo para las negociaciones del ejecutivo de la Junta, así como los acuerdos en el resto de autonomías. Nos acercamos a un intercambio de cromos donde las administraciones e instituciones públicas actuaran como moneda de cambio.
Vamos que se montan una elecciones para que el pueblo andaluz se exprese con el voto y elija a quién le represente, para que a continuación todo dependa de las negociaciones en la oportuna «mesa camilla» del partido o partidos de turno, la evolución de posteriores alianzas pos electorales y al tacticimos partidista de unos y otros. Pero, a unas malas tenemos las elecciones municipales del 24 de mayo y aún no contamos con quien ostente la cabeza de gobierno autonómico andaluz, dada la controversia y además de la voluntad o no de los partidos políticos en tejer un lazo de unión por cuatro años. Todo pende de un hilo.
[1] Resultados electorales autonómicas Andalucía 22-M.
www.resultadoseleccionesparlamentoandalucia2015.es
[2]Estatuto Autonómico de Andalucía Ley 2/2007, de 19 de marzo.