lunes, 2 de septiembre de 2024

LA CECA DE VESCI (CERRO GORDO, Salitre-Algatocín, Málaga). 1ª parte.(*)

Introducción


 Vesci era un establecimiento oficial de origen fenopúnico y luego romano, donde se fabricaba y acuñaba moneda. Fue una ceca ubicada en Salitre, actual pedanía de Algatocín, Málaga. Elaboró cinco series de moneda cívica destinadas como unidad de cómputo dinerario. Las piezas procuran su uso para un área comprendida como una única identidad social, económica y empresarial, a inicios de la propia monetización del lugar. Es probable que su puesta en marcha se debiera a un interés por favorecer la celebración de ferias ganaderas sobre el sur meridional penínsular. 


La producción se realiza mediante una metodología técnica de amonedación algo arcaica y hermética sobre el diseño gráfico, bajo una responsabilidad política autorizante. Nos acercamos al estudio de la elaboración monetal de un subdivisor con limitado poder de tesaurizar.


La catalogación propuesta a la hora de abordar una clasificación precisa, estaría basada por una referencia metrológica. La cual se sitúa entre 11 a 18 gramos y 25-28 milímetros de diámetro, respecto a peso y medida del numerario hallado que se conoce.


A ello, se le une unos criterios léxico-lingüísticos reflejados para las leyendas del topónimo. Así, de forma genérica, aluden de distinta manera epigráfica a VESCI (raíz neopúnica, bilingüe y latina).


Todo apunta que Vesci acuña moneda (1) alrededor a los siglos II-I a.n.e. (2). Si bien, concretamente las piezas monetales con exclusividad de una leyenda neopúnica (sin normalizar) son elaboradas a mediados del s. II a.n.e. Mientras que las otras monedas que cuentan con una epigrafía bilingüe se acuñan ya entrada la segunda mitad del s. II a.n.e. A su vez, aquellas monedas que presentan la particularidad de una escritura latina para el conjunto de todos sus rótulos, se fabrican a principios o primera mitad del s. I a.n.e. Entonces consideramos que dicho taller vesciense emite dinero entre la población local para un mercado de ámbito regional, durante un periodo que abarcaría el intervalo temporal del 140 al 90-50 a.n.e.


 Incorporado a todo ello, debemos tener presente aspectos estilísticos heteropatriarcales compartidos y relativos al ámbito de cecas próximas donde creemos se situaría nuestra ceca (3). 


       

Tipología.


         La moneda vesciense destaca por una pauta sobre imágenes grabadas del reverso (R./) para los sucesivos troqueles utilizados. Todo gracias a la representación artística de un buey o toro (4) en postura reposada, que usualmente es dibujado su diseño como símbolo local sobre todos los ejemplares seriados (figuras 1, 5, 6, 7, 8 y 9). 

     

      El astado, asociado al culto a la muerte, se encuentra representado para las tres primeras series orientado hacia la derecha (figs. 5, 6 y 7). Sin embargo, ante los dos últimos grupos el buey está en dirección opuesta, es decir, a la izquierda (figs. 1, 8 y 9). Asimismo, detrás del bóvido siempre aparece un árbol o rama de árbol. Donde aquél elemento foreste bien podría cambiar el significado mortuorio figurado del toro. Cuando comparte el árbol composición gráfica de su imagen junto al bóvido.

    

     Igualmente, pero esta vez sobre anverso (A./), tenemos una cohorte de bustos de quienes consideramos, quizás, eran desde cargos públicos o hasta señores de la guerra (5) coaligados primero contra la República romana, y después en alianza con la misma. Aunque es más plausible que tales bustos se tratara de meras representaciones idolatradas vinculadas a deidades semíticas como Heracles-Melkart (6) o Baal-Hammon. En su adaptación para cartagineses del norte de África como Baal Qarnaim, El Señor de los dos cuernos.


     Observamos que unido a los torsos aparece una espiga de cereal (7), que según sea la serie descrita aquella se encontrará adosada a izquierda o derecha del busto. Además, los rostros humanos se muestran cercanos a reflejar un semblante juvenil invariablemente imberbe. Muy al contrario que el gusto barbado claramente identificado con Baal-Hammon y difundido por otras cecas de origen fenopúnicas (8) (fig. 4).

 

El motivo frugífero y agrícola se apoya tanto por la presencia del árbol en R./, como por una componenda mitológica monetaria asociada a la presencia del cereal para A./. Implícita la cebada para casi todo el serial, exceptuando la serie 4ª (CNH 4 - MIB 23/5 - ACIP 965; VvCV 3) (fig. 8), donde no existe alusión alguna a las espigas o grano. 


Por ende, el resto de series acuñadas sí ofrece la imagen de la icónica planta con tal cualidad dineraria o de prosperidad. A consecuencia por una más que probable intención de veneración religiosa. Por parte de unos emisores locales y a través de la propia representación de la cebada sobre A./(9).

 

 Entretanto, visualizamos una imagen cerealística (A/.) al estar patente para las series 1ª (CNH 1 - MIB 23/1 -ACIP 962; VvCV 1) (fig. 5), 2ª (CNH 2 - MIB 23/2 - ACIP 963; VvCV 4) (fig. 6), 3ª (CNH 3 - MIB 23/3- ACIP 964; VvCV 2) (fig. 7) y 5ª (CNH 5 - MIB 23/4 - ACIP 966; VvCV 5) (fig. 9).

 

Combinado a todo ello, viene siendo la serie 3ª (fig. 7) quién sin duda remite a este singular tipo de cereal con un raro y singular estilo impreso plasmado sobre la moneda. Lo cual nos evoca a un modelo concreto de grano (fig. 2) que se asemeja no en tamaño, a la extraña espiga de largas aristas que ya constatamos y referimos en un anterior texto publicado. En particular, sobre R./ para primeras acuñaciones y series de la ceca de Acinipo (Ronda la Vieja, Ronda, Málaga) (10) (fig. 3) (11).


En otro orden de cosas, asumimos la existencia de una correlativa sintonía de Vesci con moneda bilingüe de la próxima ceca de Lascuta (Alcalá de los Gazules, Cádiz). Ello motivado por una similitud sobre la imaginería figurativa que ofrece, pues aquella otra posee, a semejanza de la anterior pieza descrita, la tan peculiar espiga. Aunque ésta sí se muestra sobre el A./. Ahora bien, Lascuta exhibe la espiga a derecha fusionándose con un Heracles-Melkart (12).


Además, coincidiría de similar manera, tal módulo de la cebada vesciense con el ícono agrario figurado para R./ ante numisma del norteafricano taller de Tingi (Tetuán, Marruecos) (fig. 4). Denotando tal simbología cierta sincronía entre aspectos litúrgicos y frugíferos mostrado ante amonedaciones elaboradas por algunos príncipes postanibálicos.


Ubicación de la ceca y ocupación del territorio.


La facultad monetaria de Vesci estriba en cierta problemática para las investigaciones que se suscitan hasta la fecha, sobre todo ante el marco de una probable ubicación espacial para el presente geográfico. Cuando, por si fuera poco, incidimos sobre el hecho de poner en jaque que Acinipo ostente la primicia como taller primigenio para un suministro monetario ocasional a la extensión que es conocida actualmente como Serranía de Ronda, más concretamente por parte de Vesci desde la actual comarca del Valle del Genal.

 

Estamos barajando varias propuestas coincidentes al intentar asignar un periodo de amonedación previo al respecto, con una especie de rango municipal al Oppida y posterior Mansio (13) vesciense (14), dado que contaría con un orfebre fijo o temporal. Ostentando entonces un rango político-administrativo o estatus de estipendiaria (stipendiariae). Infiriendo sobre un consabido título y reconocimiento desde Carthago y Roma, ante el organigrama político o conventus al que pertenecía. 


Digamos que también existiría un aceptación institucional para la población. ¿Acaso deberíamos deducir que la ceca de Acinipo (fig. 3) es con posterioridad a Vesci?. Acinipo abordará la representación de la vid y la cebada para sus seis series. Eliminando la representación humana sobre su diseño monetal, para en cambio centrarse en el factor agrícola, en contraposición al ganadero que simbolizaba el buey o toro vesciense.

Admitimos, en primera instancia, que al menos son tres las cecas que acuñan para su circulación por la Serranía y sus inmediaciones. Tratándose de Acinipo (fig. 3), Lacipo (Casares, Málaga) y Vesci. Tras este escenario, no se discute que a tales tres cecas hay que unir un cuarto taller monetario, Oquri (Ubrique, Cádiz) (15). Todavía son difícilmente asumidas las cecas de Oquri y Vesci (16).

 

Pese a todo carecemos en cantidad suficiente de encuentros numismáticos adscritos a ambas cecas, Oquri y Vesci. Apenas tenemos verificación documental de algún encuentro monetal publicado por la revista OMNI, con el registro de un relativo reciente descubrimiento de una pieza para Oquri en Ubrique (17). 


De igual manera y tras realizar unos oportunos contactos y averiguaciones, no podemos cometer el error de dejarnos llevar por meros indicios y rumores ante la presunta constancia de una nueva moneda vesciense hallada en una finca de Cerro Gordo (18).


Acabamos de apuntar que cabría la hipótesis para nuestro caso concreto, que el orfebre vesciense comienza a grabar moneda, concretamente de cara a su circulación por la comarca (19). Si bien, insistimos, persiste una gran controversia entorno a Vesci. Por ello, hay diversas teorías sobre la enigmática ubicación de un potencial yacimiento arqueológico adscrito al lugar que proponemos (20), Salitre (Algatocín, Málaga). A fin de cuentas dicho sitio o posición estuvo plagado de incógnitas. Este emplazamiento turdetano o puesto de avanzadilla cartaginés, apenas se encontraría situada a menos de 80 kilómetros del peñón de Gibraltar. Desde Cerro Gordo, los días claros, se puede ver las columnas de Heracles-Melkart, rebautizada por griegos y romanos como columnas de Hércules.

 

 Durante cierto tiempo quedó sin consensuar la veracidad de un taller monetal vinculado al que era oppidum (clerujo) de Cerro Gordo (21). Si lo juzgamos todo por únicamente unos exiguos indicios analizados mediante la geolocalización de unos caminos. Adherido el análisis de ejemplares numismáticos y la lectura acerca de unos trabajos arqueológicos (creemos que para su expolio) realizados por autoridades franquistas ante dicho paraje de Salitre a mediados del siglo XX. Dado que tan solo contamos para su esclarecimiento ubicacional con limitadas constancias materiales y unos pocos textos publicados (22) hasta relativas recientes fechas. 


Se da la circunstancia que una reciente aportación indica y corrobora que la situación espacial de Vesci se encuentra entre los emplazamientos conocidos a día de hoy como Campo Salitre y Cerro Gordo, pedanía del municipio de Algatocín (23). 


Entonces, deducimos por los restos arqueológicos hallados que, Vesci era concretamente una mansio romana. Después de ser considerada un oppidum cartaginés, que se definió sobre un antiguo vial destinado a conectar Carteia (San Roque, Cádiz) -Lacipo (Casares, Málaga) -Oba (Jimena de la Frontera, Cádiz) con Acinipo. La vía XIII y XIV Vesci-Acinipo (24).


Nos encontramos ante un paraje que gozó de un ambiente lógicamente ganadero y probablemente un tanto agrícola. A unir el ser un espacio dedicado a la ocupación como asentamiento temporal para el acantonamiento de tropas, que aportarían seguridad a nuevos pobladores cartagineses y romanos. Al igual que ante las propias colonias que se establecen finalizada la fase económica de implementación monetaria.

 

Había una constante vigilancia de cara al cumplimiento de las nuevas órdenes sancionadas por ocupantes cartagineses y romanos. Aquello motivó el generar un mayor gasto y demanda de numerario en bronce. De manera que mejoró la obtención de plusvalía y creación de valor por aquellos poseedores de los medios de producción. 


Mientras que respecto al suministro del insumo para fabricación pecuniaria, hasta es posible que se involucraran directamente ciudades ajenas u otras autoridades políticas o religiosas distintas a las indígenas. En su defecto, contiguo a los dueños de grandes extensiones de tierras y responsables empresariales del perímetro productivo. En pos todos ellos a la transformación de la naturaleza o cría de animales domésticos de nuestro espacio económico en cuestión.


(*) Este trabajo es una continuación al artículo Cuestiones Respecto a Vesci. Publicado en la revista Albahri.


Notas al pie:


(1) Gil, O. 1966: 304; Ruiz, I.D. 2010: 323; Martín, J. A. 2015: 98.

(2) Ruiz, I.D. 2010: 323; Martín, J. A. 2015: 98.

(3) Otros trabajos enfocan el estudio de la ceca vesciense adaptados al diseño (con espiga en anverso y sin ella), para detraer un orden para el serial. Sáez J.A. y Blanco J.M. 2001: 46.

(4) Asociado al culto a Baal Hammon por una connotación religiosa.

(5) Se trató de enfatizar su conexión con Roma, pues dependía directamente de la voluntad y del sostén del ejército legionario romano que ocupaba la zona del sur meridional durante la República. También porque en algunos casos muchos de estos señores de la guerra habían pasado un tiempo más o menos largo como mercenario, formando parte de la tropa auxiliar romana, de ahí sus vínculos y conocimiento del idioma y simbología.

(6) Muy discutible por el estilo y bastante diferente de otras representaciones de Heracles-Melkart. Clavero, A. 2022a: 46-47 y 2022b: 74.

(7) El cultivo de la cebada era practicado para alimentar a los denominados como pueblos bárbaros, si bien su consumo quedaba limitado a las bestias y a los indígenas en términos generales, aunque también Flavio Vegecio en su obra Epitoma rei militaris parece indicar que era un sustituto del trigo, aplicando el comer este cereal como castigo disciplinar (Vegecio, 2015:155) ya que con este cereal se alimentaban los caballos de los equites. Coello, J.M. 1978: 244.

(8) Oba, Iptuci y Oquri.

(9) Sabemos que la presencia del cereal en A./ no es casual, siendo muy habitual su presencia en moneda cívica romana. Debemos tener presente que el cereal constituyó un valor referencial para el trueque. La proporción para generar un intercambio de productos comenzó gracias al valor que una comunidad daba al cereal como fenómeno equivalente. Es decir, por ejemplo, un saco de cebada o trigo podría equivaler a 1 litro de aceite o 4 pescados.

El dinero habría aparecido para sustituir el proceso del trueque. Las familias que cosechaban cereal lo intercambian después por otros productos, aquellas otras que producían por ejemplo vino lo canjeaban de igual forma, quienes no eran productores o poseedores de tierra, es decir jornaleros, se les abonaba su sueldo con el producto que recogían, es decir les pagaban con lo cosechado. Porque el cereal como bien básico agrícola de producción y de pago se asociaría al dinero en sí. De ahí puede que su significativa presencia en el anverso de la moneda vesciense pretendiera simbolizar al dinero para una etapa tan temprana de monetización. Sabemos que en el antiguo Egipto no existía el dinero para pagos de los salarios, y que por tanto estos se realizaban con sacos de cereal.

(10) La cual es atribuida a la cebada en un artículo publicado. Clavero, A. 2020: 42.

(11) Concretamente en el reverso aciniponense de la Serie 1ª (CNH 1- MIB 201/01a-c ACIP 2444; VvVC 10) y Serie 2ª  (CNH 6 -MIB 201/05- ACIP 2449; VvCV 6) (fig. 3).

(12) Cebada rodeando tras el leonté en el A./. Lascuta: CNH 1- MIB 18/1 - ACIP 940- VvCV 7. Se trata de espigas de cebada y no una clava como si aparece en Gadir, o la espiga de trigo que ofrece Bailo en su última serie. 

(13) Clavero, A. 2022b: 55-56.

(14) Hacia 48-47 a.n.e. en Vesci y hacia 47-44 a.n.e. en Acinipo. Bláquez J.M. 1974: 19. 

(15) Amonedó en época republicana. No obstante, hasta hace una veintena de años no se tuvo conocimiento que Oquri hubiera acuñado moneda propia. Guerrero Misa, L. J. 2015: 108; Acuña moneda de manera anecdótica. Mora Serrano, B. 2017: 500. 

(16) Si bien el número de numisma conocido es muy reducido, pues hasta el momento solo se conocen cuatro ejemplares, sobre los que se leería OQVR(i), con anversos en los que se aprecia un busto masculino, en tanto para sus reversos se grabaron un creciente y símbolos astrales, lo que no es obstáculo para que otros pongan en duda dicha interpretación. Martín, J.A. 2013: 100. Cit. a Varias, 2003: 325 y Silgo Gauche, 2013: 218.

(17) Guerrero, L.J. 2015: pp 105-117.

(18) Finca Beha. Clavero, A. 2022b: 60.

(19) Clavero, A. 2022b: 58.

(20) Hay quienes la ubican en el Sur de Extremadura. (ver https://www.imperio-numismatico.com/monedas-ibericas-de-extremadura-h48.htm) o cercano a Anticaria (actual Antequera). En Villanueva de la Serena, al norte de Badajoz, también la atribuyen a un núcleo poblacional durante el siglo I, según el Marqués Torres Cabrera, en su libro Páginas de Extremadura: Villanueva de la Serena (1900). Cuando lógicamente las monedas poseen elementos epigráficos fenicio púnico, como es la moneda de Vesci, que no pudo acuñar en el s. I, ya que, en todo caso se le presupone acuñada entre los siglos II-I a.n.e.

(21) Clavero, A: 2022b: 55-56.

(22) Clavero, A. 2022b: 63-64.

(23) Algunos investigadores, entre ellos Temboury, sostenían que Vesci se situaba en dicha pedanía de Algatocín y próximo a Gaucín (Málaga). Otros han situado la ceca en Azuaga (Badajoz).

(24) Gozalbes, C. 1987: 13. Tomando como referencia las fuentes clásicas antiguas así como la aparición de restos arquitectónicos romanos encontrados en la zona.

Ha sido denominada el camino que unía Carteia con Acinipo, y posteriormente hasta Corduba como la vía Ilvro Arvada.