Observatorio nacional del emprendedor, secretaria de Economía del gobierno de México. Octubre 2015 https://www.one.inadem.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=81 |
Resumen:
A comienzos de 2015 se depreció el euro respecto del dólar, empezó
así una guerra de divisas. En este momento, el
Banco Central Europeo implementa la expansión cuantitativa para
encontrar una salida a la presión deflacionista de la euro zona, la
inflación es negativa desde 2014. Pero, el precio del gasóleo será
un aspecto decisivo en la evolución de la inflación este año. Sin
embargo, el programa del BCE no será suficiente, ya que invita a los
mercados a especular. Si EE.UU tiene una buena tasa de desempleo en
verano, más tarde en otoño, la Reserva Federal subirá los tipos de
interés e incrementará así los costos de los préstamos
concedidos. Luego, de cara a las futuras cotizaciones, el euro caerá
contra el dólar. En primer lugar, esta política monetaria puede ser
un desastre para la crisis de deuda. Segundo, la
crisis capitalista es un problema estructural y cíclico, por ejemplo
con la baja tasa de ganancia. Mientras, la solución a la
desacelaración, los gobiernos transfieren capital a la banca
privada. Por
último, los gobiernos español y griego traen más dificultades a
los trabajadores con las reformas y éstas sólo pueden ser
contrarrestadas con la movilización social.
Abstract:
Since
the begining of 2015, the euro has depreciated against the dollar, it
started a currency war. At the moment, the
European Central Bank implements Easing Quantitative to fed off
deflationary pressures in the eurozone, since 2014 the inflation is
negative. And, this year the price of fuel will be a important factor
to the inflation development. However, the ECB's programme will not
be enough, because the markets are invited to speculate. If United
States have a good unemployment rate in the summer, later in autumn,
the Federal Reserve are going to go up the interests rates and
increase debt services costs. So, looking ahead to the future quotes,
the euro will fall against the dollar. First of all, this monetary
politics could be a disaster for debt crisis. Secondly, the
capitalist crisis is a structural problem and cyclic, for example the
tendency of the rate of profit to fall. While, the solution of the
slowdown, the goverment transfers capital to the private bank.
Finally,
the Spanish and Greek governments have brought more hardship to the
workers with reforms and it can only be countered by a social
mobilization.
1.
Salida tangencial del Euro.
Doctrinalmente se ha aceptado que el origen de una moneda cualquiera como concepto se remonta a la necesidad social de establecer y contar con un instrumento de circulación cambiaria neutral, que a su vez sea éste medidor de los bienes y servicios de un determinado lugar y ámbito de la economía real. Para el economista y filosofo Karl Marx el dinero es signo material del valor de cambio, se trata de un producto de cambio mismo y la puesta en obra de una idea a priori. En la actualidad, el euro es una herramienta del modelo de acumulación neoliberal y el espacio de tránsito al que se circunscribe dicha divisa es la Unión Económica y Monetaria (UEM). Al aceptar la moneda euro como medio de intercambio estamos reconociendo de tácito una autoridad, pues es un gobierno quien la emite y regula, el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, éste no es un gobierno al uso en el sentido político de la acepción, ya que la gobernanza del BCE por parte de Mario Draghi es básicamente autónoma, al ser éste nombrado por el Consejo Europeo. Y por tanto, indirectamente provista y desligada de rendición a diferencia de Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo, o Jean Claude Junker Presidente de la Comisión Europea, al estar ambos designados por el voto directo de los/as europarlamentarios/as. Luego la coordinación del BCE es elegida por mediación, no es controlada por delegación de nuestros representantes en el europarlamento y muchísimo menos representa e interviene por y para un pueblo. Aunque la institución monetaria ejerza como tal una soberanía con un cierto dominio, poder omnímodo y despótico que se aviene sobre las personas y espacio donde actúa. Michael Aglietta lo resume así: tenemos a un gobernador federal en una Europa que no es federal. Pero además, para más inri su presidente goza de total potestad discrecional, cuenta con una libre apreciación subjetiva, está improvisto de demostrada abstracta imparcialidad, por tanto carece de intransitividad en la ejecución de la política monetaria y en la consecución de un fin público.
Existe una enorme controversia por el hipotético caso que un Estado abandonara la llamada moneda única o fuera expulsado de la misma UEM, en tanto a lo relativo a continuar el Estado en cuestión adoptando el euro o no en su economía real y financiera. Mientras, desde las instituciones Europeas se realizan continuos llamamientos a la irrevocabilidad en la adopción del euro en virtud al párrafo 3 del artículo 140 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (1), lo cual algunos entienden que supone un punto de no retorno para los Estados. Por el otro lado, ciertos acreedores y prestamistas principalmente gobiernos y bancos fineses, alemanes y otros socios del norte europeo, realizan continuas manifestaciones para que los Estados en «apuros» por deudas abandonen la euro zona, respecto a países como Portugal o España y hasta si se tercia hacia Italia, pero sobretodo la solicitud de abandono va especialmente dirigida y con dedicatoria a Grecia. Es lo que se denomina al uso la praxis política del garrote y la zanahoria. El garrote son todos los llamamientos a una marcha o expulsión del euro a Grecia que realiza Alemania y resto de Estados satélites pangermánicos, y la zanahoria cada muestra o declaración acerca de no dejar en el desamparo y estacada al país helénico por parte de la Comisión Europea. A su vez, los asesores jurídicos del BCE consideran que cabe la posibilidad de la coexistencia del euro con otra divisa tras una serie de reformas al Tratado de la UE, así como a los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Sostienen los asesores del BCE que está claro que si un Estado abandona la UE ello conllevaría implícito irse de la UEM, pero lo que ya no está tan claro es si por ende la moneda euro dejaría de circular o no en el país (2). Diferenciando aquí el BCE entre la participación en las instituciones del euro por una parte y la permanencia o no de la divisa física en un territorio. Como si la presencia del euro fuera y es algo indiferente a la voluntad política y económica de un Estado. Para los juristas del BCE la economía está al margen de la capacidad de decisión política, tratándose de algo secundario la actividad legítima y democrática de regir los asuntos públicos acorde con una voluntad popular.
Es evidente que en una futurible UEM o en un Estado de dos o varias divisas en circulación las tensiones regionalistas, nacionalistas e independentistas afloren y se agraven aún más de lo que están hoy. El norte rico de la República de Italia apostaría por permanecer en un euro exclusivo, selecto y desprenderse del atrasado, corrupto, vago y paria sur. En el Reino de España ocurriría más de lo mismo; Madrid, País Vasco y Cataluña, como núcleos en términos de Capital serán proclives a continuar en el euro despojándose del resto del Estado sí es preciso (3). Si los pueblos en crisis necesitan recurrir a otra divisa en circulación para reavivar la economía real y sufragar las obligaciones que tienen en común, lo van a tener difícil. Las periferias europeas (quienes aportan su Trabajo al norte) no pueden creer en falsas ilusiones como el euro y esperar solidaridad de otros pueblos, porque nunca la obtuvieron y jamas la obtendrán. Una o dos divisas, el regreso al dracma, a la peseta, al maravedí o a los 8 reales, así como la pertenencia o no a la UE o la UEM no solucionaran las graves deficiencias y contradicciones que genera el propio sistema económico imperial. Aquello que trasluce en sí, es más si hay un modelo alternativo que sea capaz de enfrentar esta globalización deshumanizada. Incluso un modelo productivo “sólido y muy eficiente” como el alemán no es suficiente para lograr mejoras sustanciales en la calidad de vida para la mayor parte de sus ciudadanos. El problema de fondo no son las posibilidades y limitaciones que permiten unas u otras instituciones, sino el modelo económico capitalista en el que estamos insertados (4).
1.1.
La autoridad monetaria.
Ante
el derrumbe de la burbuja
inmobiliaria la
gran banca financiera internacional supo y sabe como aprovecharse del
crash.
Al menos seis grupos bancarios fueron multados en mayo de 2015,
precisamente por dedicarse a la especulación en la cotización del
euro y el dólar en el mercado de divisas.
Se
trató del Citigroup,
JPMorgan, UBS, RBS, Barclays
y Royal
Bank of Scotland. A
modo de cártel pactaban los índices de cotización de ambas monedas
y por ello ganaron miles de millones. Las sanciones impuestas eran
irrisorias comparadas con los beneficios que obtuvieron las entidades
financieras con tales prácticas y actividades ilegales a como
consecuencia del efecto de la desregulación de los mercados
financieros. Una gran banca que fue «rescatada» con dinero
público de los Estados y que elude el pago de impuestos tributando
los beneficios en paraísos fiscales. Casualmente, se trata de parte
de las mismas seis grandes entidades financieras que en diciembre de
2013 ya fueron investigadas y multadas por practicas anti-trust
(cártel), al pactar también los índices hipotecarios respecto del
euribor y
el libor,
en
su momento
fueron:
Deutsche
Bank, Société Générale, RBS, JPMorgan, Citigroup y RP Martin.
La gran banca que ahora se dedica a manipular el precio de los
metales preciosos para desincentivar a los inversores en el mercado
de oro y plata a fin de animar la inversión en Bolsa.
Pero
todo esto viene de muy lejos. Tras la ruptura en 1971 de los acuerdos
de
la conferencia internacional de
Bretton
Woods
de 1944, ello supuso cortar con el valor
en esencia de
la moneda bajo el respaldo del oro. El citado suceso dejó expedita
el camino para la desregulación del mercado monetario y dar paso a
un tipo
de cambio fluctuante en
las divisas nacionales.
El
contexto en el que se produce la renuncia del patrón oro fue el de
la guerra de Vietnam, ya que el elevado costo no sólo en perdidas de
seres humanos sino también el de financiar el belicismo hizo que
durante el mandato del Presidente norteamericano Richard
Nixon,
y ante la continua reducción de las reservas de oro norteamericanas,
EE.UU. decidiera romper con el oro y comenzar a imprimir dólares sin
ton ni son.
En 2001 durante los ataques del 11-S y tras el batacazo de los
valores de Wall
Street,
en las primeras horas de los atentados los especuladores bursátiles
encontraron refugio en el acopio de oro. A continuación, para
reactivar los mercados la Reserva Federal (FED, banco central de los
EE.UU) decide poner a disposición de los inversores tipos de interés
al 1%, lo que abrió la puerta para el desarrollo de la burbuja
del mercado inmobiliario. A principios de 2004, con el
recrudecimiento de la 2ª Guerra del Golfo Pérsico (Iraq) la FED
utiliza otra vez el instrumento de política monetaria e inicia una
subida en los tipos de interés para financiar el conflicto armado,
lo que a la postre se convierte en un yugo para las familias
norteamericanas que poseen una carga hipotecaria.
Una
primera bajada del euro en su cotización frente al dólar se origina
una vez el estallido de la burbuja
inmobiliaria entre
el año 2007 y 2008. Según el economista François
Chesnais
(..) las
políticas monetarias y las decisiones soberanas de los países más
fuertes, en el terreno monetario, las relaciones actuales entre el
dólar, el euro, la libra esterlina, el yen y ahora la moneda china
el yuan son en gran medida «no cooperativas», para utilizar una
expresión de moda. Lo que es, potencialmente, un factor de
aceleración de la crisis (..).
El
hecho de que estas crisis se forman de manera «independiente» es
consecuencia de la acumulación de capital–dinero y de la formación
de capital ficticio a gran escala. Pero estas son a su vez la
expresión de graves «disfunciones» que hunden sus raíces en las
relaciones de producción (5).
Entre los economistas no hay una postura clara respecto
a sí ahora se está librando una guerra
de divisas, pero
en lo que si se ponen de acuerdo es que las políticas monetarias de
expansión aplicadas por los diferentes bancos centrales del mundo
están resultando ineficientes para reactivar la economía, de ahí
que una subida o bajada en los tipos de interés, así como la
apreciación o depreciación de la moneda pueda marcar la diferencia
durante la desaceleración económica o para topar con una crisis más
aguda en el tiempo (6).
1.1.1.
Tipos de interés.
El
dinero es la expresión de una riqueza y el valor del mismo estará
sujeto a la ejecución administrativa y gestora de la autoridad
monetaria, así como a la política crediticia que dicha facultad le
atribuya al mercado financiero. Si ahora el BCE como máximo
exponente de la autoridad monetaria decide éste «otorgar» mayor
liquidez en el mercado de dinero con una política expansiva del
crédito, a lo que llamamos coloquialmente como
darle a la maquina de hacer dinero,
«flexibilización
monetaria cuantitativa», es decir, a la impresión pura y simple (o
creación ex nihilo) de
moneda para la compra de nuevas obligaciones gubernamentales (7).
Ello
implicará que se incremente la oferta de dinero, bajen los tipos de
interés todavía más, suba la inflación y genere una reducción
del valor y depreciación de la moneda euro en la cotización
respecto de otras divisas, al menos según la teoría cuantitativa de
la moneda que considera que la producción no variará al aumentar el
circulante, lo cual es discutible de cara a la inflación, ya que la
productividad de un bien o servicio es un factor esencialmente
dinámico, cambiante ante los estímulos o no que puedan presentarse.
En
una hipotética situación de bajada en los tipos de interés del BCE
mantendría por tanto bajas las cuotas hipotecarias, alentando a un
actual minúsculo consumo y demanda interna para reducir un menor
ahorro inexistente en empresas y hogares. Algo que no está del todo
lográndose, ya que aunque el tipo de interés del Banco Central
continúa baja no así la cotización del euro, que se ha recuperado
y permanece al alza respecto a la cotización con el resto de las
principales divisas del mundo. En cambio, de lo contrario si tanto la
FED como el BCE inician una escalada alcista en los tipos de interés
destrozaran a las familias y empresas, tirando por tierra estos siete
años de bajadas en las cuotas hipotecarias, lo que ha salvado del
desahucio a muchos hogares. Por otra parte, al estar tanto las deudas
hipotecarias privadas como las deuda públicas relacionadas a la
evolución de los tipos de interés, un incremento de tan sólo medio
punto en las tasas puede dar al traste y ser funesto para la
devolución de la deuda en países como Grecia, Irlanda o España,
así como la evolución negativa de la inflación.
La
FED en 2007 a fines ya del mandato del Presidente George
W. Bush y
posteriormente durante la llegada del sucesor en el cargo
presidencial Barack
H. Obama, decide
reforzar su economía real con planes de estímulos. Se implementó
políticas que permitieron a los EE.UU. mantener un dólar muy por
debajo de su auténtico valor mercado, al hacer bajar el tipo de
interés e inyectar liquidez al sistema. Pues en consecuencia la FED
pretendía lenificar el pago de intereses sobre las hipotecas
estadounidenses, facilitar las exportaciones junto el de disponer de
inversiones en bienes y servicios en el propio país. Una política
monetaria a la que se apuntó al unisono el BOJ y Bank
of England, los
bancos centrales japones e inglés, respectivamente.
El BCE en un primer momento se mantuvo con el tipo de interés
elevado pero con el paso de los meses comienza un descenso en el
tipo. Concretamente en octubre de 2008 a mayo de 2009 los intereses
se redujeron en 3,25 puntos porcentuales de una tacada en la UEM (8).
Sin embargo, por lo demás el BCE permaneció impasible, impertérrito
y perplejo ante la toma de decisión en la política económica
norteamericana a la hora de ejecutar políticas de intervención con
crecimiento
basadas
algunas de ellas en empleos en infraestructuras y además, tímidos
planes de renta básica así como políticas activas de inserción
laboral para los colectivos más afectados por la crisis.
Mientras tanto, en el viejo continente la deuda de los Estados de la
periferia europea se disparaba a través de las primas de riesgo. La
cosa parecía que no iba con ellos (BCE) y no fue hasta la ida del
Presidente del BCE Trichet,
el
6 de octubre de 2011, cuando la UEM comenzó a reaccionar
ligeramente, de forma tardía y tibia para aplacar las exorbitantes
tasas de interés que estaban pagando e iban a pagar a los acreedores
de deuda en países como Portugal, Irlanda, Grecia, España (los
despectivamente calificados como PIGS, acrónimo que forma la palabra
cerdos en inglés), a fin de hallar éstos financiación en los
mercados de bonos. Mario
Draghi
expresó su intención de hacer
lo que fuera para ayudar al euro, lo
que se convirtió en una tabla de salvación para la banca europea, a
la que inyectó un billón de €.
Mucho más tarde, el 22 de enero de 2015, el BCE inicia una sutil
política monetaria de expansión a través del denominado
Quantitative
Easing
-Expansión Cuantitativa (EC) (9), el cual trata de comprar deuda
soberana y privada en los mercados secundarios a fin de mitigar la
tendencia deflacionista en los precios de la economía europea. De
este mecanismo el BCE ha excluido a Grecia de la expansión
monetaria.
Antes en EE.UU,
la EC se
hundió en la realidad en una «trampa de liquidez», donde la
estrategia de bajada de los tipos de interés reales fue incapaz de
redirigir la eficacia marginal del capital y transferir capital
monetario de la esfera financiera hacia la esfera productiva (10).
Louis
Gill, entre
otros economistas también coinciden en ver los efectos perniciosos
en dicho programa monetario que tiene ahora su reflejo en Europa. Ya
que los
bancos centrales pueden intervenir mucho en la reducción del crédito
pero muy poco en la reactivación del mismo. La única vía por la
que se podía impulsar de nuevo el crédito es a través del impulso
de la reactivación del consumo y de la inversión (11).
Mario
Draghi
decide limitar las rentabilidades de las deudas soberanas a un máximo
de -0,2%, por lo que las entidades financieras les compensaba más
una exigua y posible pérdida de capital que trasladar su dinero a
las actividades de bienes y servicios, y generar empleo. Por otra
parte, los programas de EC al no ir sus recursos a la economía
productiva se destinan a la actividad especulativa financiera,
concretamente: a
la compra-venta de acciones de empresas y bancos, inflando
artificialmente sus precios todavía más, que podrían desplomarse
una vez que nadie quisiera comprar acciones a empresas con beneficios
declinantes y ventas disminuidas. (..) el problema de fondo no es la
falta de dinero para invertir-de ahí las limitaciones de la EC- sino
la crisis de sobreproducción que existente, que hace innecesarias
inversiones significativas para abastecer un mercado declinante
(12).
El relativo éxito que
ha supuesto la EC a nivel español fue alcanzar por primera vez desde
el inicio de la crisis un bono negativo del 0,2% a favor del Estado
español, en una única vez de sus subastas. Eso si,
tal medida de estímulo fue implementada después que el alto
Tribunal Europeo una semana antes de la activación del programa, el
14 de enero de este mismo año, admitiese una demanda relativa a la
adquisición de deuda pública por parte del BCE a través de otro
mecanismo de liquidez monetaria, Outright
Monetary Transactions (OMT).
Vamos, que la EC es una herramienta aplicada por la autoridad
monetaria una vez que el abogado general del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea dio luz verde a la compatibilidad del OMT con el
TFUE y el SEBC, que evita a su vez dejar patente al BCE que con la EC
nunca se convertirá éste en un prestamista en última instancia de
los Estados europeos, y además sus resultados dejan en evidencia que
tampoco el programa va dirigido específicamente a la lucha contra la
deflación a juzgar por los índices de precios, porque no está
logrando reavivar la inflación al menos todo lo que se esperaba. El
EC es un instrumento de expansión monetaria el cual tiene definida
ya como fecha de caducidad septiembre de 2016.
1.1.2.
Depreciación de la divisa.
Iván
Gordillo considera
que partimos con anterioridad a la introducción del euro de un
elemento esencial en la Unión Europea. Para
que una unión aduanera fuera competitiva entre las economías que la
constituían, la modificación de los tipos de cambio debía ser
marginal para evitar la competencia por la vía de la devaluación
monetaria. El escenario monetario internacional regido por el patrón
oro-dólar y la fijación de los tipos de cambio permitió la
estabilidad cambiaría necesaria en el Mercado Común (13).
Asimismo,
el
euro inicia su andadura en el mercado de divisas con una escalada
alcista en la paridad respecto al dólar. Luciano
Vasapollo dice
que con posterioridad la
introducción del euro supuso que el cambio monetario fuerte
(respecto
del dólar sobretodo) contribuye
a contener la dinámica alcista de los precios en Europa a la vez que
comprime el crecimiento de las exportaciones (14).
Por
otra parte, hoy día el devaluar al euro fortalece al dólar y
apúntala a éste como divisa refugio de los capitales
internacionales, dada además la poca credibilidad a la continuidad
de la moneda única expresada por ciertas instituciones.
No
estamos engañando a nadie al
esgrimir que el BCE al bajar los tipos de interés pone más dinero
en circulación, ya que presta dinero a los bancos privados a un
menor costo para dichas entidades crediticias, pero lo que se pone en
entredicho es su operatividad, ya que no bastó a la hora de
influenciar en la respectiva no apreciación de la moneda euro e
insuflar la inflación de forma sustancial y evidente. Lo cual motiva
y hace huir los capitales a valores al refugio de países más
seguros a cuenta además a una inestabilidad por la indecisión de la
moneda a consecuencia de la posibilidad de impagos respecto de la
deudas, y de una vez si y otra también, aunque sea remota, del cese
o fuga de alguno de sus socios componentes precisamente por la
imposibilidad de sufragar dichas deudas. Demuestra así el BCE su
debilidad y el euro su falta de reputación como divisa propicia para
la captación de capitales a la espera de mejores rendimientos
futuros.
Ocurre
una devaluación del euro respecto del dólar no buscada por el BCE y
con la que se topó la institución
a comienzos de 2015. La tensión devaluacionista existía a
consecuencia de la declarada guerra
de divisas
con el «amigo americano», previamente, pero también la guerra
no se circunscribe solo al euro y dólar, sino que se extiende a
otras divisas y requiere una postura del euro en la conflagración
crematística mundial. Por los conflictos con Rusia a cuenta de la
influencia que pretenden ejercer los EE.UU y la UE en Ucrania, en
favor a los recursos gasísticos que trascurren por el territorio de
la que fuera ex-república soviética y de la que depende en invierno
gran parte de Europa. Y además, la tensión con China en su renacida
Ruta
de la Seda,
y por la puesta en vigor del denominado gigante asiático (el rival
comercial a batir por EE.UU y UE) del Banco Asiático para
Inversiones e Infraestructuras (AIIB). Una especie de Banco Mundial o
Fondo Monetario para el continente de Asia que no incluye al dólar
en su constitución. La FED por su parte tiene
intención de competir vía tipos de interés con el bloque económico
indoeuroasiático (Rusia, India y China) y el futuro AIIB. Éste eje
junto al nuevo banco asiático pretende tener como mayor atractivo
sus reservas de oro/plata junto a una apuesta decidida por la vuelta
al patrón y anclaje al valor oro/plata en la emisión de sus títulos
moneda. Una vez que a finales de 2012 comenzaran a desplomar los
valores de cotización del apreciado metal. Mientras que el dólar
(al igual que el euro) se basa en la referencia fiduciaria a emisión
de papel, ya que no hay ningún valor que garantice una contrapartida
al poseedor de un dólar o un euro, o justifique un bien o un
servicio en contraprestación. Dicha referencia fiduciaria se trata
de un mero convencionalismo basado en la mayor o menor confianza que
podamos tener sobre tal o cual autoridad monetaria. Pero el dólar es
el medio de pago en las transacciones comerciales internacionales y
por ello cada año éste se
apropia del valor real producido por otros países, en 2006 fue de
casi el 6% de sus Producto Interior Bruto (PIB) (15).
La FED puede imprimir dólar de forma prácticamente ilimitada ya que
el dólar es el valor de reserva internacional y regulador del
sistema capitalista mundial, y de ahí esta guerra
de divisas, ya
que el euro también pretende jugar este rol en la economía
internacional.
Sin
embargo, los EE.UU. cuentan de momento con un «arma» de destrucción
masiva, en una batalla que se está librando en pos a destronar al
dólar como moneda hegemónica y universal. En cambio, otras
economías como las emergentes en su falta de vigor monetario parece
ser que quieren un ancla a algo material y tangible como es el oro a
juzgar por las enormes reservas que concentran. El AIBB podría
reanimar el sistema monetario surgido tras los acuerdos de Bretton
Woods
y volver a resurgir el patrón oro, aprovechando la incapacidad para
salir adelante de la economía estadounidense y europea, así como la
desmedida deuda norteamericana que está en manos de China. Aunque la
FED hace ver que la vuelta al patrón oro es un «farol» por parte
de China, ya que ésta última devalúa y revalúa el yuan reminbi a
su antojo, es decir por decreto del buró de Beijing,
y tampoco China presenta las tasas de crecimiento de hace unos años
al entrar ésta al igual que la UEM en desaceleración de la economía
(el habitual crecimiento anual de China de dos dígitos ha pasado a
un 7%). En el mes de agosto el Banco Central de China se dispuso a
realizar la tercera devaluación del yuan de los últimos tiempos, lo
que provocó números rojos en los principales parqués de la bolsas
de medio mundo, y de paso China infringió un serio correctivo a
EE.UU., ya que afectó directamente sobre la Deuda que éstos tienen
con China. Pongámonos en el ejemplo que una entidad financiera
norteamericana tiene en su Pasivo 1.000 $ por un préstamo concedido
por un banco chino, al devaluar el yuan y depreciarse el valor de la
divisa china incrementa la cantidad de yuanes que corresponden a los
1.000 $, por lo tanto en la cuenta de Activos de la entidad china
aumenta su saldo a favor y por la misma cantidad de dólares
concedido.
La presidenta de la FED Janet
Yellen
anunció en marzo de 2015 que subirá los tipos de interés, este
hecho suscita temor y desde organismos como el FMI hay toque de
alarma expresada en voz de su directora Christine
Lagarde.
Se está pidiendo contención a la Reserva norteamericana pero a
finales del mes de julio la FED volvió a «amenazar» con la subida
de tipos. Todo dependerá de la buena evolución en el empleo
norteamericano del verano, lo que daría carta blanca y permitiría
el incremento en los tipos de interés estadounidense. Cuando
la Reserva Federal aumente las tasas de interés en el otoño de este
año 2015, las bancarrotas estarán a la orden del día. Es entonces
que se sabe que el sistema económico basado en crédito sin límites
(a su vez basadas en monedas fiduciarias como el dólar, el euro y
muchas otras), está colapsando (16).
Pero cabe preguntarse ¿por qué ahora subir los tipos de interés de
la FED?, según los datos que proporciona y dispone el Banco Mundial
referidos a 2014 respecto al sector financiero, la economía de los
EE.UU. no lograr remontar, por ejemplo sus reservas de oro monetario
así como en derechos especiales de giro, reservas que mantienen en
el FMI y tenencias de divisas bajo el control de la propia FED
ascendían a un total de
434.416.453.480 $, mientras que las Reservas de China eran de
3.900.039.358.441 $, casi 9 veces más que EE.UU (17). La deuda
pública del gobierno central norteamericano está próxima al 100%
del PIB. Si la subida de la tasa de interés norteamericana provoca
la apreciación del dólar, empeoraría EE.UU. sus reservas en
activos de otras divisas y las obligaciones (deudas) incrementarían
en valor, y lograría además la depreciación de las demás divisas.
De pasada países como los PIGE verán como les afecta negativamente
al reducirse el valor en euros de sus reservas de dólares, así como
un encarecimiento y aumento en la cuantía de las deudas concertadas
sobre préstamos estadounidenses concedidos.
Caso
práctico: Siempre y cuando barajemos que se produce simultáneamente
dada una hipotética revaluación del dólar y devaluación del euro
(Periodo 3). Supongamos que la FED tiene un Fondo con 1.000 euros o
que un Banco privado norteamericano cuenta en sus Activos con un
préstamo que concedió a un país europeo por la misma cantidad:
Activo
Periodo 1
|
Activo
Periodo 2
|
Activo
Periodo3
|
Paridad entre
euro y dólar:
1$ cotiza a 1€
|
Apreciación €
y Depreciación $:
1$ cotiza a
0,80 €.
|
Apreciación $
y Depreciación €:
1$ cotiza a
1,20 €
|
Valor del
Activo tanto en dólares como en euros es 1000.
|
Valor del
Activo es 1.200 dólares.
|
Valor del
Activo es 800 dólares.
|
Supongamos
ahora que el BCE tiene una Deuda de 1.000 dólares o que un Banco
privado europeo cuenta en sus Pasivos con un préstamo que le
concedió un banco de EE.UU por la misma cantidad:
Pasivo
Periodo 1
|
Pasivo
Periodo 2
|
Pasivo
Periodo 3
|
Paridad entre
euro y dólar:
1$ cotiza a 1
€.
|
Apreciación €
y Depreciación $:
1$ cotiza a
0,80 €.
|
Apreciación $
y Depreciación €:
1$ cotiza a
1,20 €
|
Valor del
Pasivo tanto en dólares como en euros es 1000.
|
Valor del
Pasivo es 800 euros.
|
Valor del
Pasivo es 1.200 euros.
|
Con
anterioridad al euro «gozábamos» de cierta aptitud en materia de
política fiscal y monetaria para «aliviar» la cíclica y habitual
crisis capitalista. Por aserto la autoridad devalúa o revalúa la
divisa (moneda nacional peseta) en función si deseaba o no estímulos
a la exportación, o al contrario si quería encarecer o promover la
importación de manufactura. Fue un recurso hasta finales del siglo
XX y al que se denominó como keynesianismo
capitalista
o cretino.
La
devaluación monetaria fue una constante medida a implementar
sobretodo en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo para
impulsar las economías nacionales e igualmente en sectores
específicos claves de los países de la periferia europea como
Italia o España. Si bien es la estructura productiva lo que
determina al fin y al cabo que un país exporte a otro o importe de
otro y no es tanto el peso que tenga la moneda en la paridad con el
resto de divisas, es decir, que necesitemos productos del exterior o
nuestros bienes y servicios se vendan por sí sólo, valga el tópico.
Mientras tanto naciones como la alemana no tuvo que recurrir apenas a
la depreciación monetaria con tanta frecuencia como los demás, en
parte por contar Alemania siempre con una industria de alta capacidad
exportadora en tecnología puntera competitiva y por recibir un
fuerte socorro derivada de la condonación de su deuda (Acuerdos de
Londres en 1953) por los acreedores. Tras recurrir atrás Alemania al
crédito exterior para reconstruir su industria devastada por la 2ª
GM con programas de ayuda como el Plan Marshall. Encima en 1999, la
implantación del euro en la economía germana al fijar los tipos de
cambio trajo nuevos bríos para su economía, la moneda única
cotizaba entonces a menor índice que en el caso de proseguir
Alemania en el marco alemán, y ante ello éste factor le ayudó a
mejorar las exportaciones e introducir sus productos de bienes y
servicios en el resto de países.
El que fuera presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. del 2006
al 2014, Ben
Bernake declaró
que:
Alemania
se ha beneficiado de tener una moneda, el euro, con un valor
internacional que es significativamente menor que lo que sería el de
una hipotética moneda solo alemana. Por lo tanto, la calidad de
miembro de Alemania en el área del euro ha representado un
importante impulso a las exportaciones alemanas, en relación con lo
que sería con una moneda independiente (18).
En
el mercado común de la entonces Comunidad Económica Europea (CEE)
antes a la puesta en circulación del euro, el recurso a la
depreciación monetaria era una fórmula que cada vez suscitaba más
recelos entre los propios socios de la Comunidad. Ya que en un
mercado sin restricciones a la circulación de mercancías se
recurría con demasiada «animosidad» a la depreciación de la
moneda nacional para ocasionar mayor competitividad en los productos
propios a exportar o para hacer atractivo al país de cara a la
futura visita de turistas, como era el caso español. Por
consiguiente, con la devaluación seleccionaré una política
monetaria lógica a la llegada de guiris con poder adquisitivo o por
el contrario con la revaluación o apreciación lograré que
nacionales viajen por el exterior a hacer turismo con una divisa
«fuerte» respecto a la cotización con una divisa concreta u otras
monedas. Aquello era posible en los mercados de divisas antes a la
llegada al euro y posterior implantación ya efectiva de la moneda en
el año 2002.
Las
importaciones españolas suelen superar con creces las exportaciones
salvo en puntuales periodos. En efecto, habría que considerar que en
el actualidad con la depreciación monetaria mejorarían las
exportaciones principalmente de la única explotación que quedó
tras la desindustrialización y deslocalización de las décadas 80 y
90, se trata de la subvencionada industria automovilística.
Al contar con una divisa devaluada el clúster del motor y
el turístico, también repuntarían y se beneficiarían ambos, como
supone un aliciente para el retorno de la población que ha emigrado
fuera de la zona euro y que recibe una pensión o una renta en una
divisa distinta al euro. Los emigrantes españoles retornarían con
un alto poder adquisitivo y capacidad de consumo mejorando la demanda
interna de la economía nacional. Los flujos de capital de los
emigrados hacia el país de origen destinado a familiares e inversión
es un interesante acicate o incentivo a tener presente en los
escenarios posibles no descartables respecto a la eventualidad
ruptura del euro. No obstante, a Alemania no le interesa devaluar el
euro, por el contrario le conviene una divisa fuerte en la paridad
del euro frente al resto de divisas y hegemonía del dólar, ya que
Alemania con su banca y empresas es quien más dinero tiene expuesto
en el exterior como acreedora de deuda que es, además exporta
variedad de mercancías y cuenta con un superávit en su balanza
comercial. En cualquier caso parece que corta la bacalá
en el BCE mediante el Bundesbank,
dado que no le interesa pues que con una depreciación del euro ahora
le devuelvan a Alemania el crédito anteriormente prestado a menor
precio que por el que lo concedió él a terceros, al estar en la
actualidad el tipo de interés europeo tan bajo. Ni tampoco vender
manufactura puntera a bajo precio, ya que Alemania compite sobre la
base de la alta calidad o innovación de sus productos, y no por
medio de la depreciación monetaria o por la búsqueda de inversores
o compradores a través de escasos derechos laborales o reducciones
de plantilla como hacen los PIGE, para elevar así la tasa de
ganancia del capitalista. Y de ahí que la política monetaria sea
reforzar la cotización al alza del euro aun a costa de la inmundicia
y degradación social de países enteros. El
euro es, en esencia, una moneda extranjera para cada uno de los
países de la euro zona. Los ata a tipos de cambio rígidamente
fijos, al margen de sus subyacentes realidades económicas, y los
despoja de la autonomía monetaria. En este sentido el euro,
actualmente, funciona de la misma manera que lo hizo el dólar para
Argentina en 1991 y 2001, cuando el tipo de cambio estaba fijado por
la propia Constitución en un peso por dólar
(19).
Como
ya hemos insistido antes, una de las funciones esenciales del euro es
pugnar con el dólar como moneda de referencia a nivel mundial, por
ser la divisa norteamericana el valor de uso cotidiano para las
transacciones financieras y comerciales. Por ejemplo, a la hora de
comprar petróleo se alude al precio de barril Brent, el cual se mide
en dólares principalmente. Luego si se da el escenario que el euro
se deprecia respecto del dólar y conjuntamente hay una bajada del
precio del barril Brent, será menos significativa dicha reducción
en el precio del petróleo para el consumidor de carburantes que si
el euro se encuentra a una mayor apreciación respecto que el dólar,
que es cuando las miembros de la UEM adquieren el petróleo barato.
Por ello, cuando a finales de 2014 se anunció por parte del gobierno
español y los medios de comunicación acólitos al mismo que la
bajada del precio del petróleo suponía un ahorro para las familias
y empresas de 10.000 millones €, no se especificó, ni matizó tan
siquiera que era bajo la premisa ceteris
paribus,
es decir, si todo lo demás permanecía constante. El precio de la
gasolina y el diésel disminuyó durante una serie de meses aunque al
tiempo volvió a los mismos margenes de comienzos de 2011. Ya que si
a la vez que se reduce el precio del barril Brent que se paga en
dólares, mientras se deprecia la divisa euro del dólar
proporcionalmente a entre un 10% y 15%, pues entonces las
expectativas de 10.000 millones € desaparecerá por arte de
birlibirloque.
Asimismo, ocurre que ayudó obviamente la depreciación del euro y
subida del dólar trasladándose en la tasa de inflación en los
meses posteriores a la primavera de 2015, al subir nuevamente el
coste de los carburantes.
Algo
pues, la bajada en los carburantes que volvió a suceder por poner un
caso a consecuencia a la disminución del precio del petróleo al
haber más crudo en el mercado, tras la nueva resolución del
enquiste atómico iraní y la eliminación de las sanciones a la
exportaciones a éste último país. He hizo bajar decididamente los
precios de la gasolina en julio y agosto de 2015. Y si por la otra
parte, el euro y el dólar entran nuevamente en una escalada de altas
y subidas en las cotizaciones luego los beneficios en la bajada y
precio de los carburantes se esfuman. Todo dependerá de factores
coyunturales como la implantación masiva del fracking
y la cotización del euro si se mantiene al alza o no, ya que el
petróleo de por sí es un recurso limitado.
Cotización Euro Dólar Octubre 2014- Octubre 2015.
https://www.ecb.europa.eu/stats/exchange/eurofxref/html/eurofxref-graph-usd.en.html
1.2.
Deflación.
El
Estado español arrastra una tasa negativa en el índice de precios
al consumo en términos de variación anual desde el mes de julio de
2014, con un leve aumento inflacionista en julio de 2015, pero
incluso así continua en deflación. Una deflación lastrada en una
fase inicial al comienzo de la crisis por los precios de la vivienda
que apenas repuntan y por la bajada ahora en un primer estadio en el
precio de los carburantes a principios de año y durante el verano.
A
día de hoy, la inflación desataría una perdida de valor en el
euro. Como ya comentamos y explica Luciano
Vasapollo, el
saldo positivo a favor del euro correspondiente a la convertibilidad
al dólar supuso una contención y estímulo a la dinámica al alza
de la inflación que operaba en la primera etapa de introducción
efectiva del euro. En 2002, ya observamos como los productos que
costaban 100 pesetas (veinte duros) de la noche a la mañana
comenzaron a costar 1 euro (166 pts), esta subida de precios apenas
era perceptible por las estadísticas e índices al consumo, aunque
la realidad era otra porque inflación existía al principio de la
puesta en numerario del euro.
El paso del tiempo ha demostrado que el saldo a favor del
euro respecto del dólar fue un provecho circunstancial para la euro
zona, volviéndose contraproducente con el paso de los años. La
correspondencia positiva del euro ante la cotización del dólar fue
una barrera al ciclo alcista de la inflación que se preveía tras la
implantación de la moneda única, derivando con los años en un
proceso deflacionista más acuciado en los países con unos niveles
superiores de deuda y desempleo.
Pero, este año es probable nuevamente
una ligera revaluación del dólar que encarezca por ello materias
primas como el gas y el petróleo, al ser importadas y escasear, lo
que origine una inflación por la subida de precios como carburantes,
encareciendo las importaciones al devaluarse el euro por omisión al
dólar. Luego un incremento inflacionistas aparejado al elevado
desempleo nos remitiría a una estanflación (20), a consecuencia de
los excelsos niveles de paro, algo que por ahora es descartable dada
la bajada en estos últimos meses y en el mes de agosto de precios en
carburantes, ropa y alimentación. En lugar de una estanflación
estamos más próximos a una deflación sin más remilgos.
Consecuencia a las políticas monetarias de la UE en una búsqueda
que no llega de plusvalía para el gran empresario sobre la
competitividad comercial mediante la reducción en el costo laboral
de los medios de producción a través de los salarios, y a las
continuas bajadas en el crudo, ambos como elementos sintetizadores
del precio de los productos y servicios que comercializamos vía
exportación y demanda interna.
En España tuvimos una inflación en el mes
de julio del 0,1% (IPCA, tasa anual índice de precios al consumo
armonizado) y una inflación anual estimada del 0,0%. En la zona euro
la inflación armonizada en el mes de julio fue del 0,2%, mientras en
junio Alemania contaba con un 0,1%, Francia el 0,3%, y en países
como Eslovenia o Grecia la inflación era del -0,9% y -1,1%,
respectivamente (21), lo que evidencia una indómita desacelarión.
Ocurre además que mientras que la principal preocupación del BCE es
tener una inflación por debajo del 2%, en la Reserva Federal junto a
la estabilidad de los precios de la economía tiene otra inquietud:
empleo y crecimiento
de
la economía norteamericana. La política monetaria por parte del BCE
se ha concentrado en inyectar liquidez a la banca y en bajar las
tasas de interés sobre la que se relacionan los préstamos a corto
plazo. Por tanto, si finalmente el BCE se decanta o se ve forzada por
terceros en devaluar la moneda, muy probablemente en tal caso se
origine más inflación en la UEM. Pero habría que dudar que éste
primer hecho sea el detonante en el presente para una subida de la
inflación, todo apunta que será la evolución de los tipos de
interés en EE.UU. así como la cotización del dólar lo que más
repercuta en los precios de la UEM.
Si
de una parte el BCE con las políticas monetarias de expansión
pretende crear dinero y así subir la inflación, de la otra, la
banca privada aflora durante la crisis una estructura de capital
ficticio que ahora necesita ser sufragado y de ahí igual bajada de
precios en compensar el déficit bancario, ya que con tal cantidad de
pasivo nadie contaba, y por ello en parte la deflación. La banca
privada creó moneda al margen de la que emite el BCE, bien a través
de inflar sus propias reservas o mediante la concesión de préstamos
y que se utilizaban para renegociar entre los mismos bancos, sólo
que al estallar el boom
dejó de ser también expansivas las actividades bancarias, sino que
por el contrario hizo después restrictivo al contraer el crédito y
solapando ahora las políticas monetarias de reducción del tipo de
interés o de EC, ya que aquel dinero de la nada o irreal de la banca
nunca tuvo reflejo y sustento en la emisión real de moneda y
capitalizada de dinero en su momento. Siempre se inculcó que la
independencia del BCE en la política monetaria frente al poder
político se basaba en impedir que este último acabará emitiendo
moneda a gran escala a fin de financiar los «superfluos» programas
presupuestarios del Estado, arrojándonos así a la inflación y la
perdida de valor de la divisa. Pero la realidad ha demostrado que es
la banca privada la que crea moneda sin parangón, y que es la falta
de voluntad e intervención en la economía del autónomo BCE el que
lo ha permitido. Ello se debe a que la administración del BCE está
regida por antiguos empleados de banca o entidades financieras, hasta
el mismo Mario
Draghi
trabajó para Goldman
Sachs, destacando
por engordar la burbuja
y
no precisamente por evitar el desastre económico.
Las
monedas nacionales se mueven más como activos financieros en busca
de ganancia financiera, que como vehículo para los intercambios
internacionales de mercancías
(22). La triste
historia fue que la vivienda perdió todo su atractivo lastrando los
precios a la baja de su valor. La casa dejó de ser el bulbo de
tulipán de la economía española donde todos los capitalistas
nacionales, comunitarios y extracomunitarios invertían, para pasar
después a ser el sector inmobiliario un simple tallo feo y pobre de
la que todos apestaban, en busca eso si de otros mercados donde
obtener más prósperos rendimientos como con la especulación en
bolsa y la deuda pública, donde rentabilizar capitales y ganancias.
El
crecimiento económico en los PIGE con la llegada al euro era sobre
la base en la evolución al alza en los tipos de interés conjunta al
incremento de la inflación, cuando ambos indicadores dejan de
«retroalimentarse» estalla el crash.
En el Estado español vivimos una hecatombe en el sector de la
construcción de la que aún no nos hemos rehecho ni repuesto. Los
precios de la vivienda arrastran sobretodo a la deflación por ser
en la construcción donde descansaba la economía real y financiera
española. El crash
de
la burbuja
inmobiliaria fue
en parte motivado al cambiar el valor de la mercancía vivienda a un
intervalo y separación de tiempo mayor entre la compra y venta. El
dinero perdió medida de valor (capital ficticio) por las
obligaciones contraídas por los propietarios de los medios de
producción, principalmente bancos locales (antiguas cajas y después
bancos que tras la reestructuración del sistema financiero español
fueron absorbidos por otros bancos a su vez y finalmente
nacionalizados) para con bancos del norte de Europa. El principal
promotor de la construcción era la banca y ésta dejó el capital
inhábil, estéril de circulación monetaria al no acceder a vender
sobretodo vivienda por él construida, y en cuanto además como
entidades financieras concedió préstamo hipotecario a espuerta. En
el caso de España de 2002 a 2007 la deuda privada incrementa del
225,7% al 388% sobre el PIB y el abaratamiento en el precio de la
vivienda desde 2007 es del 41,2%. Entonces, el dinero quedó reducido
a un valor escasamente insuficiente para hacer frente a las
obligaciones y aun mediante crédito que a día de hoy no existe, y
al que ni se le ve ni se le espera pese a políticas monetarias como
de expansión (EC).
El más
claro paradigma lo observamos con el precio de la vivienda y el metro
cuadro de suelo durante 1999 al 2007 y del 2008 al presente 2015, se
observa los dos ciclos de auge/expansión y recesión/contracción
económica. Tratándose este último donde se reproduce el fenómeno
de la contracción del crédito monetario posterior a un
endeudamiento privado. O sea, se construían residencias por encima
de la necesidad habitacional, sin expectativas de cobro de las
hipotecas y además los bancos y cajas han contribuido previamente
con la expansión de la burbuja
inmobiliaria
mediante un capital ficticio y el crédito a mansalva (23). Entonces,
al no venderse vivienda por el elevado valor alcanzado y carestía
para continuar pagando el alto precio de valoración, el valor del
inmueble se pierde y éste termina por perturbar a todo el crédito
disponible. La liquidez no tiende a aparecer y el dinero tampoco a
circular, a lo cual bajadas en los tipos de interés del BCE. Marx
en
su libro El
Capital
describe la crisis monetaria durante el proceso deflacionista en la
mercancía como una desaparición de la liquidez, si lo concretizamos
en la vivienda, ésta queda desprovista del crédito e
imposibilitando trasmutarse en dinero contante y sonante.
Un fenómeno el de la sobreproducción y
acumulación que en la actualidad se produce al objeto del petróleo
y precio de los carburantes. Una
caída de los precios en condiciones de sobreproducción y bajos
salarios señala una disminución de las ganancias. Y una disminución
de las ganancias es un presagio de reducciones salariales, despidos y
ataques a las/os trabajadores en general (24).
Los
procesos inflacionistas posteriores a la 2ª Guerra Mundial derivaban
del atributo que tuvo el dinero como activador perenne en la
estabilidad de los precios. En la actualidad, la deflación que
sacude la zona euro se debe al sustancial peso que tiene en la
economía la capitalización ficticia, así también a motivos como
la consolidación de la búsqueda de competitividad mediante la
devaluación salarial como mecanismo para alcanzar el ideal
competitivo capitalista en los mercados de la economía real. Ya que
la depreciación monetaria ha quedado descartada por el BCE en un
primer instante. Las reformas laborales, la austeridad presupuestaria
con tijeretazos
en el gasto público tanto de los gobiernos socialista como popular
de José
Luis Rodríguez Zapatero y
Mariano
Rajoy, respectivamente,
aunaron más en este esfuerzo por consolidar el intervencionismo
económico del BCE y entre otros por la Comisión Europea y el Fondo
Monetario Internacional, el triunvirato de la Troika.
Para
definir el ámbito por donde debe ir la política laboral con el
recorte
de derechos de la clase trabajadora a través de realizar el mismo
trabajo productivo que con anterioridad a la entrada de las reformas
laborales pero a menor sueldo. Y por eso, redunda en la actualidad
que un mismo trabajo se haga con menos trabajadoras/es
contratadas/os, o con los mismos empleados/as a igual retribución
pero con más horas de servicio. Un sometimiento sobre unos reducidos
costos laborales con la flexibilización
o
moderación
(que
también lleva a cabo Alemania para con sus trabajadores/as),
y con rebajas de salarios o la eliminación de la protección por
desempleo. Además, con el incremento de la edad a 67 años para el
acceso a la jubilación o por empeorar los servicios públicos de
educación o sanidad, como por ejemplo con el copago sanitario y
minando la ley de dependencia. Héctor
Illueca Ballester lo expone: Siguiendo
la ortodoxia neoliberal, esta concepción autoritaria está al
servicio de la lucha contra la inflación, que el artículo 105 TFUE
considera «el objetivo principal» del BCE. La estabilidad
monetaria, cifrada en una inflación inferior al 2 % para el conjunto
de la zona euro, se convierte en la orientación fundamental de la
política económica europea, emulando abiertamente los principios
del liberalismo clásico prekeynesiano. El control de la inflación
exige limitar la oferta monetaria y reducir el gasto público, lo que
inevitablemente implica consecuencias negativas para el crecimiento y
el empleo. O, por expresar la idea con otras palabras, la elevación
de la estabilidad monetaria a criterio orientador de la política
económica y aboca a un elevado desempleo, especialmente en
situaciones de crisis
(25).
Gráfica: http://ec.europa.eu/eurostat
1.3.
Deuda pública y privada.
Una
de las características en la que se fundamenta la crisis es que la
actividad financiera en competencia se rebela como capitalización
ficticia del propio sistema de acumulación, como es el caso sobre el
préstamo al Estado (Deuda pública) a interés. Para la banca estos
títulos de deuda (obligaciones) son negociables en mercados
especializados y por ello representan de por sí capital, lo cuales
serán renegociados y colocados a su vez a otros bancos y estos
bancos a otros, y hasta una dimensión parasitaria que pone a
disposición de bancos un capital que no poseen y que pueden
convertir en moneda dinero como medio de remuneración. Ello ha
derivado que las entidades financieras intentan solventar sus deudas
con el resto de bancos sobre la base de capitales ficticios, que no
existen, son imaginarios. Han creado deuda y obligaciones sobre la
base de esa misma deuda, por la que alguien de la esfera productiva
deberá pagar como el «agua» que sacie el calor de la crisis
financiera.
El
boom
urbanístico y la especulación inmobiliaria en el Estado de Florida
(EE.UU.) durante la década de los años 20 del pasado siglo fue uno
de los detonantes del posterior crac
bursátil y
gran depresión del 29. A principios del siglo XXI las bolsas
del mundo y sobretodo el índice bursátil nasdaq
sufren un batacazo de dimensiones a resultas de la eclosión de la
burbuja
de
las empresas
puntocom. Una
nueva crisis financiera
que
se remonta a la revolución tecnológica, y que toma sus inicios
dicho progreso científico con el furor de la salida a venta al
público de los microprocesadores a finales de 1971, junto a los
componentes intangibles de software
y a una serie de aplicaciones destinadas al uso masivo de usuarios
domésticos, que tienen su apogeo durante las décadas de los 80 y
90. Tras ello se crea una economía financiera que se ha desarrollado
gracias a la innovación tecnológica para elaborar un gran
casino
virtual ubicado en internet. Es una burbuja
a como consecuencia a unos avances informáticos en utilidad del
cálculo infinitesimal algorítmico y la gestión analítica para las
decisiones de carácter financiero, el modo en el que toda una gama
de productos financieros como por ejemplo las hipotecas subprime
o «basura» han encontrado cobijo para con un soporte técnico de
cobertura las justificara y procesara comercialmente, a través de
los programas que difunden una actividad financiera en muchos casos
difícilmente materializable.
Para
salir de la burbuja tecnológica se decidió crear la burbuja
inmobiliaria, con lo cual acabamos pasando de una crisis financiera a
otra.
La
mayor afluencia de Capital reduce una subida de los precios de esos
títulos. Lo mismo ocurre para las acciones. El capital se adelanta a
las nuevas subidas de precios, y cuanto más este es absorbido por
los sectores financieros y especulativos más suben los precios de
esos títulos. Cuanto más suben los precios, mayor es el Capital que
es atraído por estos sectores. El proceso va a ser auto-expansivo.
Los beneficios financieros aumentan. Esta multiplicación de deudas
representa la burbuja financiera y especulativa. Pero, en un momento
dado, estos beneficios no pueden ser pagados
(26). A
mediados del verano de 2007 vuelve una vez más a reproducirse y
estallar otra burbuja,
esta
vez inmobiliaria
en
EE.UU. Las/os hipotecadas/os estadounidenses no pagan y no hacen
frente a las altas y superelevadas cuotas hipotecarias, por su parte
las compañías aseguradoras basadas en capital ficticio y al
resguardo de la inversión en vivienda residencial no pueden
responder ante los acreedores con asumir los compromisos de fondos y
planes de pensiones privados contratados, y entran en bancarrota o
quiebra. A finales de mes de agosto de ese mismo año el fenómeno
hipotecario se traslada a eurolandia
y el colapso financiero es mayúsculo, de tal envergadura que tiene
un impacto todavía mayor en economías no diversificadas de la
periferia y sur europeo.
Algunos
economista como Joaquín
Arriola
ven que el desencadenante directo de esta colosal crisis no es
motivada por el sobreendeudamiento de empresas y hogares, las
reformas laborales o las privatizaciones. Estos hechos se suceden
desde hace décadas y los agravamientos de los efectos son
consecuencias de la nefasta crisis para que el Capital continué en
su afán de supervivencia. Pero es la falta de voluntad política en
acabar con las grandes desigualdades que existen y que se han
agravado más en el trascurso de la recesión lo que hace que exista
el actual impasse
económico.
El tremendo aumento de la deuda desde el desencadenamiento de la
crisis ha acelerado un fenómeno que ya venía de antes. En los siete
años anteriores a la crisis (2000-2007), el crecimiento económico
en Estados Unidos fue de 4,2 billones de dólares y la deuda de 4,8,
mientras en la eurozona experimentamos un crecimiento de 6,1 billones
de dólares financiado en más de la mitad con deuda, por valor de
3,9 billones. En los siete años siguientes, el descalabro está
siendo monumental: 2,7 billones de dólares de crecimiento en Estados
Unidos, a costa de 7,7 billones extra de deuda; una reducción del
PIB de 400.000 millones de dólares en la eurozona, y además, una
acumulación de 3,2 billones extra de deuda pública. Y todo esto sin
contar con el endeudamiento privado de familias y empresas no
financieras, que en Estados Unidos ha crecido en lo que va de siglo
en 11,5 billones de dólares, y en la eurozona, en unos 5,5 billones
de dólares. El problema del endeudamiento masivo no es por tanto una
consecuencia directa de la crisis financiera –aunque esta ha
agravado el problema– y la ausencia de crecimiento ni siquiera se
le puede achacar en exclusiva a las nefastas políticas de reducción
de salarios y de transferencias sociales a las que denominan “ajustes
estructurales”. (…) La
causa fundamental es que cualquier respuesta alternativa supone
modificar el balance de ganadores y perdedores de las decisiones
públicas. Son los agentes detentadores de la deuda, y por tanto
beneficiarios de los intereses de la misma, los que presionan para
mantener las políticas que evitan la desvaluación de la deuda por
la inflación o por quitas. En primer lugar, los bancos
estadounidenses y británicos, que detienen una cuarta parte de la
deuda externa pública y privada de la eurozona, los bancos franceses
(18%) y los alemanes (13%), pero también los de los países
euromediterráneos, italianos o españoles, que detienen en torno al
12% de la deuda externa de la eurozona y una parte sustancial de la
deuda de sus propios países (27).
Hasta
la agencia calificadora de riesgos y deudas soberanas Standard
& Poors
alerta sobre la necesidad de aplicar un haircut
(quita) sobre la deuda en países como Grecia, ante un riesgo
eminente de default
(impago) que ya fue una realidad palparía en el mes de junio de
2015. El
propio FMI durante las negociaciones de un nuevo memorándum a Grecia
en julio, para el mal llamado tercer «rescate» griego (del cual el
FMI decidió no participar en las aportaciones al fondo en un primer
momento y en el que España si participa con 10.000 millones €),
«filtró» un documento donde el citado organismo internacional
hacía referencia a la necesidad de contemplar la reestructuración
con quita de la deuda helena por el alto grado de apalancamiento
financiero que existe, ya que a pesar del 2% del superávit primario
o con un crecimiento entorno al 1% del PIB de Grecia, pues la quita
se hace necesaria (28). Algo, la reestructuración a lo que se opone
rotundamente Alemania. (..) ante
la incapacidad de devolver una deuda que ha llegado a quedar fuera de
control y sobre la que pesan tasas de interés exorbitantes, la
reestruccturación de esta deuda, es decir, la reprogramación de su
restitución durante un periodo más largo y a una tasa de interés
más reducida, así como su eventual cancelación parcial, ya se está
considerando como un mal menor a los ojos de los financieros, incluso
si esta perspectiva les asusta y amenaza a los bancos acreedores. No
hace falta decir que irían acompañadas de medidas aun más severas
que se impondrían a la población (29).
Toda
una cohorte de políticos, voceros y opinadores al albur, no pararon
de repetir unos ante los programas de televisión y periódicos y
otros desde sus respectivas atalayas y canales webs de desinformación
al soslayo de los acontecimientos que se sucedían en Grecia, que
ésta debía a España por un valor próximo a unos 26.000 millones
€. Los cuales según ellos tenían que devolver los/as griegos/as
ipso facto al Estado español y justificaban que el gobierno de
Mariano
Rajoy dándoselas
de plenipotencia prestamista actuase a pies juntillas de Alemania, a
la hora de reclamar constantemente el pago de la deuda a Grecia e
incluso de otorgarse el derecho a entorpecer y torpedear las
negociaciones en el marco de la UE. Hasta llegar a un punto que la UE
tuvo que realizar reuniones informales con Grecia al margen del Pleno
del Consejo Europeo, dejando a un lado al gobierno español en
encuentros que trataban el tema de la deuda de Grecia, dada la
reprochable, pueril e irresponsable conducta de Rajoy.
Como sucedió durante las sesiones del 19 de marzo y la posterior
mini-cumbre entre Hollande,
Merkel
y Tsipras.
Por sí fuera poco, la letra pequeña
del préstamo español a Grecia trajo trampa, ya que la deuda de
Grecia con España en realidad era en aquel momento cercana a 6.700
millones € al Estado directamente (30). Pues el resto fue prestado
por los bancos españoles a cambio de unas ganancias, claro, avalando
el Estado en caso de perdidas o impago. Y de ahí la pretendida
confusión de la parte por el todo, al hablar los políticos del PP y
demás ralea de una deuda griega hacia España por unos 26.000
millones que incluyen a los bancos españoles como parte del Estado y
al mismo nivel que él, al ser el Estado el avalista de los bancos.
Porque en la suposición que Grecia no pagara la deuda, el Estado
español es quien responde por el malhadado préstamo de los bancos.
Mientras tanto, luego por qué en cambio si los bancos obtienen
pingües beneficios por la deuda griega estas ganancias van a parar a
manos y bolsillos de bancos y no son compartidas con las menguadas
arcas de las Administraciones Públicas, y ahí entonces la banca ya
no es Estado. En cambio, cuando el Estado español pidió dinero al
Eurogrupo para los bancos españoles actuando el Estado y sociedad
como avalista de los bancos, ¿pero las entidades bancarias no
formaban parte del Estado?, conforme la conveniencia del gobierno
español y su banca. Ya que ello implicaría reconocer implícitamente
el «rescate» y la intervención por una regla lógica de tres. Sí
Grecia debe a los bancos españoles → éstas entidades financieras
son también España según el gobierno y los medios de comunicación.
Luego si el gobierno español pide una línea
de crédito
para los bancos españoles → Mariano
Rajoy
pide un «rescate» a España.
Cabe
recordar que el BCE obstaculizó y negó el crédito o préstamo
directo a los Estados y desechó el eurobono
como
una posibilidad de hacer más llevadera la crisis de deuda. Por
contra, manifestó otorgar precedencia al pago de la deuda a través
de la obligación pública, por encima de toda prioridad como la de
un Presupuesto General (P.G.E).
Aquí en el Estado español durante 2011 se «fraguó» la injerencia
y dictak
orquestado por Mario
Draghi con
un «pucherazo» en la anterior legislatura con el aprobado de
urgencia, con «nocturnidad» y «alevosía» por el bipartidismo
político de PSOE y PP del reformado artículo 135 de la constitución
monárquica española. Para establecer el principio de estabilidad y
equilibrio presupuestario tan en boga en las instituciones
de la Unión Europea. Una reforma donde se limita el volumen de deuda
pública y déficit estructural, y además se fija que el pago de los
intereses y la amortización sobre el capital de la deuda pública
gozará
de prioridad absoluta. Entendiéndose
que la devolución del crédito estará siempre, pese a la actividad
de un servicio publico o una función pública que tenga que ejecutar
el Estado, las Comunidades Autónomas o Entidades locales como
Diputaciones o Ayuntamientos.
El
bajo volumen de producción nacional era inferior que la deuda
generada por los países PIGE, y aún por mucho que mejoren las
exportaciones en su momento, de manera que la escasa productividad
originó un mercado de especulación sobre la renta nacional. Un
capital improductivo que patrimonializa una constante deuda pública.
Al existir una evidente desproporción entre lo recaudado por
ingresos y lo gastado por el Estado (déficit primario) lo cual
supuso una situación insostenible en tiempo y forma, y que motivó
la emisión paulatina de empréstitos públicos como fórmula en la
captación y obtención de capital en el corto plazo y a un alto
coste pasado y a futuro. Que se resuelve con los recortes
o
con el denominado por los gobiernos socialdemócratas y
conservadores como Ajustes
en el Estado del bienestar, sobre
por ejemplo una perpetuidad en la deuda cuando venzan los plazos a 10
años.
A la banca le dejó de entrar el
dinero a consecuencia de la quiebra del crédito inmobiliario y ésta
«ansía» mantener elevada la tasa ganancial a pesar de la
polarización hipotecaria. Y qué hacen entonces las entidades
financieras, pues presionaban con virulencia sobre la deuda pública
de los Estados. La banca no compraba letras y bonos soberanos si no
era a cambio de un elevado interés a su favor y ello causó que se
dispararan las primas de riesgo. En 2011, el BCE prestaba dinero a
bancos a entre el 2% y 1,5% tipos de interés, y éstos a su vez como
entidades financieras compraban obligación española (ej: Letras del
Tesoro) a 12 meses al 5%, con un margen de rendimiento que llegó a
tasas del 4% para un año. En noviembre de 2011, el bono español a
10 años en el mercado secundario cotizaba a un interés de 6,43%
mientras que la demanda del bono alemán marcaba un 1,81%. Los
desmedidos diferenciales entre las distintas primas de riesgo de los
países de la UEM planteó la posibilidad por el Eurogrupo de romper
el euro, dada la deuda que acumulaban y acumulan las distintas
naciones del entorno de la moneda única. Y quede pues sólo con el
euro la Unión Europea «aria» incluyendo a Francia como comparsa de
Alemania, una UE prospera e industrializada sobre la base geográfica
de la denominada como blue
banana.
Se barajó la retirada o expulsión de Grecia en una primera fase,
seguida del resto del PIGE
y posteriormente se contempló a Chipre, Malta y Eslovenia a unir al
tándem. Una ruptura de la divisa euro a consecuencia de las
intolerables primas de riesgo y por la inasumible disparidad entre la
deuda pública que paga cada uno de los Estados, y que hoy día
persiste en Grecia a pesar de un tercer rescate, barajándose su
marcha del euro desde Alemania, el Grexit.
El
Reino de España con su idiosincrasia particular no presenta unas
perspectiva nada favorecedoras o «halagüeñas» en 2015. Tras un
«rescate» europeo en 2012 a la banca (31) no reconocido por el
gobierno español, se le une una deuda pública cercana al 100% del
PIB, resultado al «maquillaje» al incluir los ingresos por
narcotráfico, trata de blancas y los prostíbulos como elementos
consustanciales en el PIB, si no seria más elevada la deuda. Puesto
que España representa un 13% del PIB europeo, pues bien, haciendo
paralelismos significaría que la deuda pública española se
equipararía a casi un 13% del PIB de la UEM, mientras en 2004 la
deuda significaba un mínimo del 45% PIB español y 2007 con un
46,7%. En 2015 sólo el pago de intereses de la deuda asciende a los
36.500 millones € anual, 100 millones de € diarios, y será en el
año 2021 y 2023 cuando habrá que devolver y pagar intereses del
principal de la deuda soberana por alcanzar el mayor techo en el
diferencial de los bonos durante 2011 y 2013 en el interés a 10
años. Los préstamos son propiedad en un 27% de bancos españoles,
manejando éstos unos rendimientos medios del bono español de entre
el 2% y 3%. Unos beneficios para unas entidades bancarias las cuales
algunas fueron «rescatadas» con dinero público del propio Estado y
de la UE. Por otra parte, en el presente el BCE presta dinero a
bancos con el criterio del zero
lower bond,
prácticamente a entre el 0% y el 1% de interés (32), ante ello las
entidades de crédito españolas son el segundo inversor en deuda
pública y la banca extranjera el principal, según datos del Banco
de España BdE.
Mientras tanto la banca nacional al cliente de a pie presta a tasas
del 15% (tasa anual equivalente, T.A.E.).
Unas entidades financieras que cerraron numerosas sucursales y
redujeron un 30% sus plantillas, y en algunos casos han duplicado su
valor en bolsa desde la llegada al poder de Mariano
Rajoy.
Se le une a todo una pasada asistencia financiera a las corporaciones
bancarias a lo largo de los años de crisis que asciende ya a un
total de unos aproximadamente 108.000 millones €, que prácticamente
en su totalidad se dan ya por perdidas y no recuperables para el
Estado español. Además, al final de este año 2015 el Estado habrá
emitido deuda pública por un total de 240.000 millones €, conforme
a fuentes del Ministerio de Economía.
1.4.
Autoridad fiscal, devaluación salarial y desempleo.
El
pasado 22 de junio, sin mucha repercusión en los medios de
comunicación españoles se presentó el denominado Informe
de los cinco presidentes. Se
trata de un documento bajo el título: Realizar
la Unión Económica y Monetaria europea,
y que fue elaborado por Jean
Claude Junker, él
cual
contó
además con la inestimable colaboración de Donald
Tusk (Presidente de la Cumbre del euro),
Jeroen
Dijsselbloem
(Eurogrupo), Mario Draghi y
Martin
Schulz.
En el citado texto se contempla la creación de un Tesoro
de la zona del euro y
por ello contemplan que «de momento» los Estados europeos pueden
continuar con las competencias en políticas fiscal y asignación de
los gastos presupuestarios. La última frontera de la soberanía
nacional que le queda a los Estados de la UEM. Pero aun así, el
texto del Presidente de la Comisión Europea ya considera respecto de
la fiscalidad en la euro zona que
algunas
decisiones deberán tomarse con mayor frecuencia de manera colectiva,
y
que por tanto el futuro Tesoro
de la zona del euro
podría
ser el foro donde se tomen dichas decisiones colectivas. Después
de la experiencia en Grecia, creo que ya sabemos como se toman las
«decisiones»
colectivamente y por donde camina la política
del interés común,
Alemania o su «porquero»
dicta y el resto de Estados asiente. Además, el informe ya apunta
por donde van las intensiones de las instituciones
europeas en el medio plazo relativo a nuevos criterios de
convergencias, cuando dice: Las
normas comunes deberían
centrarse principalmente en los mercados de trabajo, la
competitividad, el entorno empresarial y las administraciones
públicas, así como en determinados aspectos
de la política fiscal (por ejemplo, la base imponible
del impuesto sobre sociedades) (33).
Se
permiten una verbigracia, y ya señalan con nuevas reformas
laborales, fiscales y privatizaciones en el sector público. Las
reformas del impuestos de sociedades es el caballo de Troya en la
política fiscal, se trata de la directriz ya marcada por el
Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
El
proyecto europeo actualmente dominado por fuerzas conservadoras que
han convertido las instituciones comunitarias en un engranaje del
capital donde la presencia de lobbys de los grandes grupos
empresariales -como la European Round Table of Industrialists- no se
esconde ni se disimula (34).
El
viernes 31 de julio de este año, el Presidente Mariano
Rajoy presentaba
prácticamente su balance de legislatura, calificándolo a su juicio
de un círculo
virtuoso. Al
considerar según él que la economía española está en la senda de
la recuperación, contrariamente a los datos de estacionalidad,
precariedad, alto desempleo y pobreza que vive parte de la población.
Mariano
Rajoy
y
su excelso equipo de gobierno insiste en las Cortes Generales y ante
la opinión pública (cuando se deja ver en carne y hueso y no por
medio de una televisión de plasma) que el Estado español no está
intervenido por la Troika
europea.
Por tanto, los incesantes llamamientos de la Troika
para que aplique Rajoy
nuevas recetas
laborales
y reformas del sistema tributario, la consecución del superávit
primario con el saldo positivo presupuestario antes del pago de
intereses sobre la deuda, junto a las medidas austericidas
y
las actuaciones respecto a la política fiscal, así como la
reducción del déficit público para asegurar el objetivo de
estabilidad y equilibrio presupuestario. Son pues todas ellas
decisiones autónomas que el mismo gobierno adopta con criterio
propio y plagada de legitimidad. No vienen tales políticas a
colación y al proceder o criterio de ningún ente, institución
u
organismo supranacional o internacional, sea BCE, Eurogrupo, Comisión
Europea (CE) o FMI. Consiguientemente, Mariano
Rajoy y
el gabinete de ministros y ministras, secretarios de Estado, asesores
y técnicos en materia de Economía y Hacienda Pública son los
responsables de la «ingeniosa» reducción en los tipos impositivos.
Véase I.R.P.F e Impuesto sobre Sociedades, posterior a una subida en
el I.V.A. Una exacción fiscal el I.V.A que pagan todos por igual sin
distinción de rentas o patrimonio, incluyendo la subida a las
chuches
(el mismo Rajoy
cuando estaba en la oposición recriminaba al anterior gobierno
socialista la subida del impuesto a las golosinas que compran los
chavales).
Advierte
el Presidente español a quien ose criticar o cuestionar tales
reformas fiscales y tributarias que será los dichosos unos
antipatriotas y radicales, aquél que no reconozca las bondades de la
recuperación económica que
se gesta amén de posibles supuestos parámetros e índices de
crecimiento
para
2016 y 2017. Por otra, Moncloa pronostica un pronunciado incremento
del PIB, como ya expresamos gracias en «mínima» parte al trastocar
su formulación e incluir en la configuración del mismo criterios de
dudosa moralidad como el tráfico de drogas, la prostitución, el
contrabando de tabaco y el juego ilegal (35). A lo cual quien
cuestione el auguro gubernamental será como poco un euroescéptico y
catastrofista, ya que introduciéndose en el PIB los beneficios de
puticlubs
y burdeles de la frontera de la Yunquera o los locales de alterne que
pululan en la Costa del Sol malagueña, junto a las ganancias y parné
de proxenetas, chulos, meretrices y chaperos que deambulan por los
polígonos industriales (al fin y al cabo es la solución comercial
que le queda a los parques empresariales y tecnológicos), pues
estamos recogiendo en la contabilidad nacional una partida variopinta
de los recursos
propios más
significativos que la UE impone a la hora de elaborar el indicador
económico PIB. Una vez más, será poco menos que pájaro de mal
agüero y un agorero aquél que no reconozca las virtudes de las
reformas implementadas por el ejecutivo español pasadas, presentes y
a futuro. Al negar la evidencia empírica de las cifras que soportan
el papel y de la que Rajoy
hace
garbo en ágapes ante foros empresariales internacionales relativas a
un soslayado crecimiento, nos demuestra además la escasa capacidad
de empatía con la que cuenta el insigne mandatario.
El gobierno nos
presenta como un efecto positivo de su política económica el
incremento estimado más optimista de un 2% del PIB para fines de
2015, pero en cambio dicha insignificante subida hay que precisar que
se origina en un momento de cierta «manga
ancha» en lo relativo por ejemplo a las contrataciones por parte de
las administraciones públicas, por encontrarnos en periodo
electoral, junto a ello un contexto internacional benévolo para las
exportaciones y la llegada de turistas, con la devaluación del euro
en primavera. Una voluntad ésta última a la que el gobierno central
es totalmente ajena. Pero es que en primer lugar de cara a los
comicios celebrados en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas de
2015, y por celebrar a finales de año para la renovación de las
Cortes Generales. En consecuencia, las Administraciones Públicas han
elaborado y desarrollado una serie de bolsas de trabajo y planes de
contratación de personal temporal, además de la convocatoria de
oposiciones para algunos cuerpos de funcionarios y laborales tras
varios años, todo lo cual ayuda un poco al aumento en el empleo y la
actividad. En segundo lugar y más importante, la bajada del euro en
la cotización, y la reactivación del consumo en los meses de verano
fueron factores que a la postre también repercutieron positivamente
en el PIB y la empleabilidad en sectores como el turismo.
Entre uno de los ramos que
más se ha beneficiado por la breve devaluación del euro fue la
exportación de vehículos automóviles. Uno de los ámbitos que ha
tirado más de la economía exportadora y que cuenta con numerosos
estímulos estatales como los planes PIVE, que van ya por el 8º
plan. Un sector, todo hay que decirlo, y no es criticar por criticar,
en el que incluso las empresas de fabricación, comercialización y
distribución de coches fueron multadas por la Comisión Nacional de
los Mercados y de la Competencia (CNMC) por llevar a cabo un
ejercicio de cártel. Al intercambiar el 91% de las empresas del
sector información comercial entre ellas respecto a todo tipo de
actividades. Unas
sanciones que por seguro compensan el dinero ganado y defraudado por
la actividad ilícita en un ámbito que recibe cuantiosas
subvenciones y ayudas, al igual que la banca. Lo cual nuestro
presidente debe desconocer a juzgar por el apoyo financiero al sector
de la automoción.
Durante
la crisis hay un regreso de capital desde la economía financiera
ficticia a la economía productiva, ya que aquí ahora está de nuevo
la plusvalía. La
elevación de la tasa de ganancias radica en la capacidad del
capitalista en convertir el trabajo (de otros) en capital suyo,
plusvalía. La
especulación no es un exceso o un error de la corporate governance;
es una poción mágica contra el mal estructural del capitalismo, un
remedio para contrarrestar la tendencia a la baja de la tasa de
ganancia y ofrecer salidas a las masas de capitales que ya no
encuentran rentable su inversión en la producción –siendo la
explosión de las «burbujas» el precio que hay que pagar (es decir,
que tienen que pagar los pueblos) (36).
Por
tanto, en una situación como la actual de desacelaración la falta
de producción provocará una disminución de dicha tasa ganancial.
Entonces, el capital tendrá que sustituir de alguna manera la
carencia en la demanda, y se apoyará en el poder político para
encontrar nuevos yacimientos gananciales. Ya sea trasladando su
industria a otros países con gobiernos dóciles, sumisos y serviles,
u obteniendo subcontratas o concesiones de antiguos servicios
públicos, o con subvenciones o ayudas directas a la actividad
empresarial. El mantenimiento de una empresa se solventará con la
reducción de la fuerza
laboral, entendiéndose
los mismos trabajadoras/es en sí, el propio salario que perciben o
el incremento del rendimiento laboral de éstos, como ya dijimos.
Para ello el empresario capitalista se vale de dos herramientas, una
intrínseca y la otra sería extrínseca. La primera consistiría en
una inversión tecnológica para aplicarlo a la productividad en el
trabajo, si bien algunos economista como Glugielmo
Carchedi,
Michael
Husson (37),
Michael
Roberts
(38) o Robert
J. Gordon
dudan que la inversión en tecnología supongan aumentos
significativos en la productividad; de una parte por que la
implementación de tecnología genera grandes costos que al final no
compensan el ahorro que estos hacen suponer por la eficiencia en la
fabricación o elaboración del producto, de la otra fragmenta a la
sociedad ya que la maquina compite con el trabajador. Por su parte M.
Roberts considera
que
es la magnitud de la inversión de capital lo que propiciará la
productividad. Robert
J. Gordon
(39) en cierta medida minusvalora los avances científicos de este
siglo al confrontarlos con las innovaciones del siglo XIX y XX, como:
la electricidad, agua corriente, calefacción o el carburante para
los vehículos. Carchedi
en cambio también rechaza esas mejoras tecnológicas pero a como
consecuencia de una visión internacionalista, ya que a
través de esta mayor eficiencia los capitalistas avanzados de un
país sustraen plusvalía a los capitalistas tecnológicos menos
desarrollados de otros países. Estos últimos con el fin de
recuperar la plusvalía perdida, descargan los costes de su crisis
sobre sus trabajadores (40).
La
segunda herramienta que no deja dudas a lugar, es en definitiva la
convencional y la que se da habitualmente en el empresario
capitalista. Es incentivar la competitividad entre los propios
empleados (41) y se valdrá para ello del marco regulador jurídico
de los derechos de los trabajadores que propicia el Estado a través
de los niveles de empleo, la cobertura social existente y, hasta a
suscitar la credibilidad y afiliación sindical presentes.
El ministro de Hacienda jalea la «buena nueva» que una bajada en el tipo impositivo sobre Sociedades reactivará el paupérrimo tejido productivo nacional, atraerá a que empresarios inviertan en el país. No obstante, las compañías y corporaciones a la hora de invertir en tal o cual territorio además de los incentivos fiscales y laborales que existan, también estudian y se preocupan por otras condiciones para colocar el caudal inversor a fin de obtener plusvalía. Como arquetipo son las condiciones sociales de los posibles empleados que contraten. Parece lógico pensar que en cuanto a las trabajadoras y trabajadores de un centro industrial o fábrica poseen unos aceptables servicios públicos propiciados por el Estado, luego en el caso de necesitar los trabajadores ayudas públicas por cualquier situación que requiera protección, dichas prestaciones no tendrán que ser asumidos por la empresa vía salarios. Ya que hay un Estado moderno con una aspiración asistencial que se manifiesta en la programación de una serie de derechos a las clases sociales, masas obreras, multitud o ciudadanía. Sin embargo, lo que puede ocurrir es que por el contrario en un futuro próximo la clase trabajadora se vea avocada a mayores reivindicaciones laborales y sociales, como la consecución de subidas salariales en pos a proteger derechos o adquirir mejoras, garantías del estipendio para lograr así los servicios de antaño y esenciales para la subsistencia, y que el Estado neoliberal dejó de prestar o propiciar. Es decir, a un empresario sensato le saldrá más caro en términos de conflictividad laboral y social, y aun al ejercito de reserva con el que dispone y cuenta el capitalista, invertir en un Estado que es contenedor de la población en lugar de uno que expulsa y condena a su propia gente. De igual manera le es menos rentable al empresario un empleado al cual con el salario y nómina que percibe y obtiene, tenga éste que hacer frente no sólo a gastos de manutención como alimentación, ropa y ocio, sino que a la vez el jornal debe dar para adquirir una vivienda (en régimen de precio libre, que no sea de VPO o Social), pensión (privada), sanidad (privada) y educación de pago. Todo ello tanto para el trabajador como para su familia, ya que el Estado se ha desecho, mercantilizado, privatizado o externalizado gran parte del sector público. En definitiva, el patrón que rige e importa el Estado español al reducir tanto los ingresos e inversiones estatales como con la desregulación de la economía real con las políticas del laissez faire, no es otro que el modelo norteamericano anglosajón neoclásico capitalista a modo de semejanza. Un paradigma basado en la eliminación de la regulación económica por un lado, la falsa competencia y engañosa libertad de mercado por la otra. En el que por sus contradicciones de mala gana radica falta de competitividad por parte de la economía norteamericana respecto de otras economías como la de los países emergentes (BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), o la propia Alemania y países escandinavos, donde todavía en éstos últimos no ceja un restrictivo y limitado Estado del bienestar. Ya que no reniegan del todo a la procura existencial e intervención del Estado. Se pretende rizar el rizo imponiendo el nuevo Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TIPP) y su reducción de barreras al capital y las mercancías provenientes de Estados Unidos, ampliando así el mercado común al otro lado del océano. Por el momento, el paquete de ajustes neoliberales está generando la caída del coste laboral y la privatización de lo público deseadas, pero la incidencia en la recuperación de capital está siendo mínima, con contadas excepciones sectoriales, tras 7 años de crisis (42).
El
empresario en EE.UU debe pagar al obrero estadounidense un jornal que
sufrague la futura jubilación de él a través de un plan de
pensiones, la asistencia médica y, sanitaria privada en todos los
miembros del hogar que tenga a su cargo, y también si es el caso
debe cubrir la matrícula del/a hijo/a en las costosas universidades
privadas y elitistas norteamericanas.
Partido Popular y
PSOE (entre otros partidos como los nacionalistas vascos y catalanes)
desean reengendrar un sistema capitalista en el Estado español que
ya ha «petado» por la deuda financiera a terceros y que a su vez
está más que agotado por la inoperatividad para resolver los
problemas que genera la falta de redistribución de la renta y la
riqueza. Además de por la insostenible situación medioambiental que
propicia la sobreexplotación de los recursos naturales y humanos.
Para resumir, se intenta ser en la pluralidad del Estado español más
papista que el Papa, en sentido neoliberal, a la hora de arrastrar la
economía nacional por dirección en la devaluación competitiva de
las condiciones materiales del propio trabajador y por la reducción
de los ingresos al conjunto del Estado vía gravámenes impositivos,
con un «adiós» a quien más tenga sea el que más pague, de cara a
eliminar de un plumazo la progresividad sobre Renta y Sociedades.
El
Turismo es la baza y actividad económica fundamental que ha
compensado habitualmente el resultado de la balanza comercial
negativa por cuenta corriente tras el saldo del PIB nacional en
bienes y servicios del Estado español, aunque los datos de
empleabilidad del sector se reduzcan año tras años.
El
ministro de Economía sabe muy bien que si la economía avanza o
crece en algo el PIB es en gran medida por la estacionalidad y
potencial de la industria del Turismo
de sol y playa
presente en el país, y que pese a ello hay una reducción en la
cifras de empleo vinculadas al ramo. Unido a una coyuntura
geopolítica a consecuencia de la conflictividad e inseguridad en
países con los que rivaliza como Túnez, Egipto o Turquía. Se suma
a todo una creciente deflación en los precios al consumo lo cual
hace a España atractiva competitivamente como destino turístico
preferente. Una competitividad sobre la reducción de precios y
derechos laborales con respecto a la región del Magreb, «el
adversario».
Los turistas que
llegan a España se alojan en hoteles a pensión completa, vienen en
vuelos low
cost para
el botellón
y
la borrachera fácil, el sexo de pago barato, y buscan
chutes de
flakka,
quetamina o speed.
Es el Turismo que más se está extendiendo y se encuentra en
continúa expansión cada verano. Lo vemos en los noticieros cuando
se refieren a Magaluf pero ocurre con demasía desde hace años en
Salou, Benidorm e Ibiza, y en la Costa del Sol. Vamos hacia una nueva
versión zombie
caníbal
de la ruta del Bakalao
de
los años 90. Parece que de aquéllos polvos ahora estos lodos en lo
turístico pero también en lo urbano y medioambiental. Hay un
litoral megaurbanizado con disparates ecológicos como un superhotel
en El Algarrobico, Almería, en pleno Parque Natural de Cabo de
Gata-Níjar. Una costa enladrillada y asfixiante en la vertiente
mediterránea con playas y una costa cada vez más sucias y
degradadas por lo vertidos de aguas fecales y residuales de ciudades
temporeras, y además de por los desechos de Cruceros,
transatlánticos y megabarcos que surcan los mares contaminados y
atracan en los puertos marítimos para el disfrute ocasional y
efímero del verano.
España
posee una tasa de paro entorno del 22,37% sobre la población activa,
con un porcentaje de cobertura por desempleo del 56%, 770.000 hogares
no cuentan con ningún tipo de ingresos, los suicidios aumentan (43),
en los jóvenes el desempleo alcanza el 55% y en colectivos como el
de discapacidad la tasa de paro es del 70%. En
dependencia, más de 100.000 personas han muerto esperando la
asistencia pública.
Unas cifras que nos retrotraen a rememorar tiempos de una posguerra
en datos macroeconómicos pero también de migración, miseria y
marginación. Un informe de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE) alerta sobre la brecha entre ricos y
pobres como factor de la desigualdad en España, donde el 1% de los
españoles más ricos concentra el 70% de la riqueza de los más
pobres. Asimismo, en función a los estudios que proporciona el
Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de la
Encuesta de Condiciones de Vida (ECV)
y por entre otros La
Caixa o
Cáritas
(un
banco y una ONG nada sospechosas de antisistema o de extrema
izquierda) 1 de cada 4 españoles es pobre y 1 de cada 3 niños
también se encuentra en la pobreza y exclusión social.
Mientras
tanto hay que tener presente que los bancos españoles muestran
formidables márgenes de beneficios en sus saneados balances
financieros así como en el rendimiento de sus cotizaciones
bursátiles, algo que no es lógico y no se entiende en un momento de
contención en el gasto, y en el que las empresas y familias cuentan
con menos dinero para destinarlo al ahorro, a no ser que la
maximización de beneficios se deban al cuantioso auxilio prestado
por los gobiernos a la banca. Tenemos que recordar que recibieron
las ayudas del Estado (en la que todos/as participamos como
contribuyentes) bajo la escusa de que la banca era demasiado grande
para quebrar y que era lo mejor ayudarla porque si no perderíamos
los ahorros allí depositados. Pues ahora entonces hay que realizar
un
llamamiento a tomar conciencia de que estos bancos y empresas deben
ser considerados «demasiado grandes como para permanecer privados»
y deben, por el interés común, ser controlados por la colectividad
en vistas a una planificación democrática en tanto que bienes
públicos dotados de una misión de servicio público (44).
El
profesor Vincenç
Navarro
en uno de sus artículos acerca del papel de las entidades
financieras a lo largo de finales del pasado siglo y comienzos del
XXI, nos relataba como las políticas que implementaron los
presidentes Margaret
Thatcher
y Ronald
Reagan cuando
gobernaban en Reino Unido y EE.UU. respectivamente, provocaron que
mediante sus reformas laborales vía reducción de salarios y
despidos para atajar la recesión de la década de los 80, unido a
una concentración de las entidades financiera cada vez mayor,
originó que las familias obtuvieran menos renta salariales y se
endeudaran por ello cada vez más rápidamente.
Asimismo la aparición del euro, la bajada
en las tasas de interés en los países periféricos de la UEM, la
especulación inmobiliaria, y la connivencia entre un poder económico
y uno político, a la que añadiríamos de cierta patología de
«promiscuidad»
endogámica
por parte de nuestros gobernantes para con las entidades financieras,
ha agravado todavía más la precedente situación.
No
hay ninguna duda de que si los bancos fueran instituciones
instituciones públicas, a las que se exigiera que cumplieran con su
función social, el problema del crédito se resolvería. Esta es la
razón de que la inmensa mayoría de países tenga amplios sectores
bancarios públicos, siendo España uno de los que lo tiene menos
desarrollado. Y ello como resultado del escandaloso maridaje entre
los grandes bancos y el poder político, causa del problema (45).
La
falta de coordinación entre la política fiscal y monetaria está
socavando cualquier posibilidad de una racional salida a la crisis.
El actual estancamiento se debe a problemas como el sistema de
producción en el que estamos inmersos que tiende a la
sobreproducción y a su regulación vía reducción de salarios o
empleos, y en el convencimiento que a través de ello es el único
escape posible a la desacelaración. Junto a la carencia de liquidez
del euro que proviene desde la oferta monetaria en la que se ubicaría
como responsables grandes bancos y poder político instrumentalizado
en el BCE. Ya que el crédito es el vehículo necesario para activar
la economía. Pero por otra parte está la falta de solvencia probada
de antiguas cajas, empresas y familias, es aquéllo que también
impide la circulación monetaria, y todo sea lo difícil de casar, el
compatibilizar los beneficios de unos pocos con el paupérrimo
derecho a la existencia de unos muchos. Y pese a todo nos encontramos
en un momento crucial con revaluaciaciones y devaluaciones en las
divisas internacionales, y al anunciar la Reserva Federal
norteamericana que subirá los tipos de interés, lo cual puede ser
un empujón más para la llegada de acuerdos europeos que impriman
recortes
sociales bajo la mano por ejemplo de la firma de un tercer «rescate»
a Grecia, y que tendrán su contrapartida con una ola de protestas
ante las nuevas reformas, como los que se apresta el gobierno
español, y que ya preparó leyes como la
ley mordaza contra
las manifestaciones que puedan suceder ante el rechazo a los mismos
ajustes.
Sólo apelando a la organización y la
lucha de los/as trabajadores/as se podrá poner freno al ciclo de
políticas que nos aproximan en la creencia del único poder del
dinero, que evidencia una tendencia autodestructiva del capitalismo
como sistema y al neoliberalismo como valedor económico político.
Notas
al pie:
(1)
TFUE
(UE) (2012):
Versiones consolidadas del Tratado de la Unión Europea y del Tratado
de Funcionamiento de la Unión Europea. P 109-110. Disponible en
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=OJ:C:2012:326:FULL&from=ES:PDF
Consultado 15/1/2015.
(2)
Phoebus
Athanassiou (BCE) (2009): Withdrawal
and expulsion from de UE and EMU, Some reflections. ECB. En revista:
Legal working paper series, nº10 / december 2009. p 39-42.
Disponible en: https://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/scplps/ecblwp10.pdf
Consultado:
29/2/2015.
(3)
Clavero
Sánchez, A (Eumed) (2015):
“El dilema griego. Una Europa desigual o dos monedas con diferente
criterio social”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales,
n. 27 (enero-marzo 2015). Disponible en línea:
https://www.eumed.net/rev/cccss/2015/01/grecia.html
(4)
Seminari
d'economia crítica Taifa (2014):
“Desentrañando la Unión Europea”. En revista Informes de
Economía Crítica nº10. Disponible en
https://informes.seminaritaifa.org/informe-10/
Consultado en 1/08/2015 a las 00:12.
(5)
Chesnais, François (2007): “El
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